Ovinos
Una vez que el gobierno sudafricano adopto la cuarentena por 21 días, el pasado 23 de marzo, Cape Wools y los corredores del mercado lanero tomaron la decisión “por difícil que sea” de posponer todas las subastas y actividades de lana a partir de esta semana.
En el mercado internacional se visualiza con expectativas la reactivación de la industria china y se avizora una importante demanda, sin embargo mientras el gigante asiático se recupera, el mundo continúa retrayendo su economía día a día. En este sentido The Wall Street Journal publicó un artículo donde señala que empresas europeas y estadounidenses se encuentran cancelando pedidos en las fábricas asiáticas.
¿Qué va primero? ¿El huevo o la gallina? O si lo preguntamos en términos de reclamo de los productores por mejores valores e incentivos para la producción ovina, que va primero ¿los mercados o el aumento de la oferta?, si bien siempre se ha reclamado una mayor producción y desestacionalizarla, los compartimentos es un claro ejemplo que la mejora en los valores por el producto final, es decir la carne, ha generado una rápida respuesta del sector productivo y un aumento de la producción.
En el diálogo con dos empresas topistas nacionales y varios intermediarios, se dejó a ver un mercado paralizado, con una demanda internacional lejos de la concreción de negocios y nuevos valores que se puedan trasladar al mercado interno.
En una semana marcada por el pánico generado por la expansión del brote de coronavirus en el mundo, el mercado lanero australiano se encontró con una pérdida de US$ 1,81 en el Indicador de Mercados del Este (IME) tras cotizar a US$ 8,01 por kilogramo base limpia, referencia que no se alcanzaba desde septiembre de 2010.
Los fundamentos que marcan esta caída, están entrelazados con la presencia del coronavirus en el mundo y el impacto que está teniendo en las diferentes economías del mundo, principalmente en China e Italia, ambos país son los principales compradores tanto de Australia como de Uruguay. El gigante asiático en el contexto general e Italia en la compra de lanas finas principalmente.
Un barco con 35 mil ovinos en pie zarpó esta semana con destino a Arabia Saudita, en una corriente comercial que no se daba desde 2013. La exportación la hizo la firma Gladenur a un valor medio de US$ 120 por cabeza, totalizando U$ 4,2 millones.
Mientras el fuego se encendía a nivel económico mundial con el llamado “lunes negro” y el coronavirus, el alto volumen y la baja calidad de la oferta esta semana, fueron aditivos para alimentar una hoguera que se llevó por delante las mejoras alcanzadas en el Indicador de Mercados del Este (IME) en Australia, desde setiembre del año pasado.
En la inestabilidad de esta zafra, con sus subas y bajas, los productores añoran un indicador más cercano de los US$ 11,34 que se alcanzaron en el mes de enero de este año, que de los US$ 9,10 que se observaron en el mes de setiembre del año pasado. Por lo cual, haber caído por debajo de la línea de los US$ 10,00 significa un golpe anímico importante, tanto para los australianos como para los productores nacionales.
Nadie quiere hablar en el mercado lanero uruguayo, la incertidumbre generada a nivel internacional con la fuerte baja en el Indicador de Mercados del Este, retrajo fuertemente tanto a la demanda, como a los productores.
El mercado lanero se encuentra atravesando una zafra lanera muy distinta a la registrada la zafra pasada, con un Indicador de Mercados del Este que no logra afirmarse nuevamente y con un mercado interno que refleja lo que ocurre en el exterior, debido a que somos principalmente tomadores de precios.
Central Lanera Uruguaya (CLU) ha puesto en marcha el Operativo Cordero Pesado 2020, que al igual que el año pasado tendrá tres períodos de precios: dos puntuales y uno a promedio. El acuerdo fue alcanzado, con las dos plantas frigoríficas con las que ha venido trabajando la cooperativa.
Juan Paperan, representante en Salto de la cooperativa en Calsal, dijo que «es un operativo que se mantiene en sus características principales como el apoyo financiero para los productores que participan y comprometen sus corderos, lo que tiene que ver con sobreprecios, el seguro por mortandad pos esquila y la seguridad de carga en base a los contratos firmados entre Central Lanera y el productor, como así también con la industria».