Las noticias suelen tener distintos ángulos para mirarse. Aquello de la mitad del vaso lleno y la mitad vacío. Los políticos lo saben bien; quienes están en la oposición suelen mirar la mitad vacía y quienes son oficialismo, la mitad llena.
La recuperación de China tras el desmantelamiento de su política de cero covid es, sin ningún tipo de dudas, una excelente noticia para la economía uruguaya y la de todos los países que tienen al gigante asiático como principal socio comercial. En tanto la recuperación sea ágil, más temprano en el tiempo empezará a demandar mayores cantidades de los productos que Uruguay exporta, sea carne, leche, granos, pescados, lana, entre tantos etcéteras.
Pero también está la mitad del vaso vacío. La recuperación de China elevará la demanda internacional por petróleo y hará que suba su precio. Da la sensación de que, si esto sucede, la posibilidad de que se produzcan nuevas bajas en el precio del combustible en Uruguay en el correr de 2023 empiezan a languidecer.
El levantamiento de las restricciones de covid-19 en China impulsará la demanda mundial de petróleo este año a un récord, dijo el miércoles la Agencia Internacional de Energía (AIE), mientras que las sanciones de tope de precios en Rusia podrían afectar la oferta. Una combinación que, para un país importador de crudo como Uruguay, no le jugará a favor.
En su informe mensual sobre el mercado del petróleo la AIE dijo que "dos comodines dominan las perspectivas del mercado petrolero para 2023: Rusia y China". Agregó que "la oferta rusa se desacelera bajo el impacto de las sanciones (mientras que) China impulsará casi la mitad del crecimiento de la demanda mundial, incluso cuando la forma y la velocidad de su reapertura siguen siendo inciertas", publicó Reuters.
La AIE dice que a pesar de las posibles recesiones —probablemente leves— en Europa y Estados Unidos, la reapertura de China impulsará los repuntes en las economías asiáticas cercanas y hará que destrone a India como líder mundial en el crecimiento de la demanda de petróleo.
Bajo los supuestos de la AIE, la demanda mundial por petróleo estaría alcanzando un récord de casi 104 millones de barriles diarios para fin de año, como se observa en el gráfico.
Por lo tanto, al hacer números pensando en cómo evolucionarán los mercados en los próximos meses, hay margen para ser más optimistas en cuanto al precio de venta. Pero también habrá que ajustar hacia arriba los costos.