En las últimas semanas tuvo lugar una charla virtual organizada por Conaprole denominada “Alimentación del preparto y vaca fresca” en la cual expuso el ingeniero agrónomo Alejandro Mendoza de INIA.
Al ser consultado sobre esa charla, el técnico dijo que el “manejo de la alimentación en el preparto y la lactancia temprana en vaca fresca, para nosotros en este período un mes antes del parto y hasta un mes después del mismo es realmente importante, y es un período de transición para la vaca lechera porque realmente se presenta una demanda de nutrientes que aumenta mucho en pocos días”.
El especialista remarcó que es una etapa “muy tentadora para intervenir en el manejo de la alimentación, porque en este momento todo el organismo de la vaca está orientada para la producción de leche, entonces, la respuesta manejo de producción en el corto y mediano plazo, van a ser las mayores que en ningún otro momento de la lactancia del animal”.
Ante esto, en la charla “hicimos foco en tratar justamente de lograr eso de permitir que la vaca tenga una buena transición al comienzo de la lactancia y tener buena producción de leche para que no se comprometa a su salud ni su reproducción posterior”.
Al ser consultado sobre las bases que deben tenerse en cuenta para esa transición, dijo que “hay que lograr que las vacas tengan una condición muy buena, para que tengan niveles de producción destacadas y que mantengan una buena salud y sanidad reproductiva”.
“Eso es indispensable para poder lograr que la vaca se preñe en tiempo y forma” subrayó, agregando que “estamos hablando de condición corporal en el entorno de 3 a 3,5 que es muy fácil de evaluar y es muy fácil de hacerlo, con el impacto que tiene que una vaca llegue al parto con estado corporal muy bueno y más si la comparamos con una vaca flaca, ya que produce 20% más de leche en lactancia temprana, respecto a una que llegue al parto con condición 2,75”.
El otro punto importante que se trató en la charla es la dieta preparto “ya que una buena formulación clave para poder prevenir lo que son distintas enfermedades que ocurren luego del parto como la hipocalcemia”. Esto se logra “manejando los minerales, asegurando buenos niveles de magnesio y de fósforo controlado y evitando niveles bajos de calcio y llegado el caso si hay que recurrir a sales, hay que hacerlo”.
Pero se debe remarcar que “hay que dar bastante calcio y también puede ser como un aditivo porque hay muchas situaciones en que pueden ayudar, sobre todo si hay un historial de casos de hipocalcemia en el tambo”.
Ahí fue enfático al remarcar que “una cosa muy frecuente en las dietas es la proteína, porque se ve muchas veces niveles muy bajos menores a los recomendados y también es un aspecto clave que podemos machacar respecto a los efectos que puede tener a mediano plazo”.
Según Mendoza, “el manejo de alimentación en el posparto, donde se tiene que hacer énfasis en destacar la respuesta que tiene la vaca al uso de concentrado en lactancia temprana” ya que hay un efecto residual muy importante que está bueno aprovechar. Pero también recordamos que otro punto de vista que tenemos en INIA que las dietas deben empezar en base al pasto que hay disponible y es importante tener alguna estrategia que permitan semana a semana saber cuánto pasto podemos ofrecer a las vacas y cuánto pasto pueden salir a cosechar día a día”.
“Es relevante este punto porque es el alimento más barato aparte de tener muy buena calidad. Sabiendo cuánto pasto tenemos que sabremos cuánto y cómo tenemos que suplementar respecto a las metas de producción”, explicó el experto.
Respecto al verano seco sobre todo asociados a situación de estrés calórico que afecta lo que es el bienestar de los animales y dificulta esa recuperación de estado corporal, añadió que “la idea es secar a la vaca con la misma condición que queremos que lleguen al parto”.
“Muchas veces gran parte de ese período seco pasó en pleno verano, bajo estrés calórico y tener sombra y mitigar los efectos de ese período tiene un impacto muy relevante, no solo sobre la lactancia de la vaca que va a comenzar, sino también sobre la progenie y la calidad del calostro la inmunidad que uno pueda lograr y ahí hay mucho para hacer”.
Por último, mencionó que “la disponibilidad de reservas quedó acotada, por lo que siempre hay que buscar tener un lugar adecuado es de fibra para evitar un problema de acidosis, que es un problema grande también en la lactancia temprana de los animales”.
Tomando el caso de la acidosis, dijo que se lo utiliza como “un claro ejemplo de algo que, a través de la gestión de la alimentación, no de qué le vamos a dar de comer si no cómo se lo vamos a dar. Ahí podemos hacer mucho para prevenir, por ejemplo, enfermedades como esta y otras, porque armamos la mejor de las dietas formuladas y a veces fallamos en algo o no tenemos una respuesta productiva que esperábamos quizá por el simple hecho de que nos olvidamos o simplemente no podemos ofrecer algo suficiente frente al acceso de los animales a la comida. Y ahí se generan problemas que achacamos a veces a la dieta y en realidad era un tema netamente de manejo y gestión de la alimentación”, finalizó Mendoza.