Por Andrés Oyhenard
El sistema de cama caliente comienza a verse como una opción más para determinado nicho de productores lecheros en Uruguay que busca elevar sus niveles de productividad en sus tambos sin la necesidad de sumar más plataforma de pastoreo. Para conocer los números de su primer año de implementación, La Lechera dialogó con Julio Antognazza (h), productor y cabañero (El Chivo) de la zona de paraje Castellanos, San José.
¿Qué resultado obtuvo con su primer año de experimento con el sistema de cama caliente?
La verdad es que estamos más que conformes con su resultado. Por cada kg de materia seca obtuvimos 1,5 litros de leche en el promedio anual, lo cual nos pareció muy bueno porque en el sistema pastoril esa relación básicamente es de uno a uno (1 kg de materia seca=1 litro de leche). Entonces, francamente fue positivo el resultado de los techos. Llegamos a tener 1,3 litros de leche por kg de materia seca cuando teníamos vacas con más lactancia y también picos de 1,7 litros en verano con vacas frescas (recién paridas). Además, el otro número que nos impactó después de haber cerrado un año con el sistema de cama caliente es que la empresa —en el ejercicio 2021— con las mismas hectáreas, la misma plataforma, pasamos de ordeñar 715 vacas en promedio por año a un eje de 805 vacas. O sea, logramos elevar en 90 vacas más la plataforma e incluso ya vimos cómo nos comenzó a sobrar área. Este año, por primera vez en la historia del establecimiento, estamos incursionando en la agricultura y liberamos 110 hectáreas para la siembra de canola.
¿Cómo fue el proceso de la inversión? ¿Es algo accesible para los productores? En su caso, la estructura del techo es básicamente madera.
Sí, exacto. Nosotros invertimos igualmente en hormigón desde el día 1. Hicimos todo hormigón donde come la vaca, donde transita la vaca, y el corredor central donde transita el mixer. En realidad, buena parte de los productores en Uruguay que comenzaron incursionando en cama caliente no utilizaron el hormigón. Nosotros lo hicimos de entrada. Digo, porque el costo inicial puede ser un poco más alto. Las cerchas o columnas centrales también son de hierro y hormigón en nuestro caso; el resto es nylon y madera.
¿La inversión de cuánto fue?
Nosotros invertimos US$ 500 por vaca. Hicimos un techo con una capacidad para 200 vacas teniendo en cuenta que le estamos dando 16 metros cuadrados efectivos de cama por vaca. La inversión fue de unos US$ 100 mil con un crédito a tres años que lo estamos pagando con un estimado de 1,5 litros de leche por vaca por día.
¿Cuánto se incrementó la productividad por vaca versus el sistema pastoril que también utilizan?
Obtuvimos un incremento de productividad del orden del 30% bajo el sistema de cama caliente. Ordeñando tres veces por día llegamos a sacar entre 38 y 42 litros de promedio por día. Eso es en el primer tercio de lactancia, luego esas vacas van saliendo de la cama caliente y pasan al sistema pastoril. Todos los meses ingresan y salen vacas, menos en la época de verano que no hay partos. En ese momento lo que hacemos es seguir ingresando y hemos desafiado los techos hasta dejar 12 metros cuadrados por vaca, ya que no hay tanta exigencia con el tema de la cama porque no hay que agregar tanto sustrato.
Algunos técnicos sostienen que para que la cama sea rentable es necesario tener una productividad por vaca elevada versus el sistema pastoril.
La imagen que nos transmiten es que en este sistema productivo tú debés tener un buen nivel de leche, que es comparable con un sistema pastoril de 27-28 litros promedio año por vaca. Yo creo que eso habla mejor todavía de este sistema de cama caliente. En nuestro caso, en un sistema pastoril nunca superamos los 25 litros promedio. Podés llegar puntualmente algún mes a 27-28 litros, pero dependés mucho del clima. Superar los 35 litros en un sistema de cama caliente lo veo bastante más sencillo, porque es simplemente replicar el sistema y no quedás tan dependiente de las condiciones climáticas.
¿Lo ve viable para todos los tamberos o para algunos en particular?
Lo que me gustaría aclarar es que es un sistema que tiene mucho más cabida en productores que están apretados de escala, de área de plataforma para poder seguir creciendo. Lo considero un sistema ideal para tamberos de pequeña y mediana escala. Hoy un productor que quiere crecer en el número de vacas en su establecimiento y tiene la infraestructura, realmente lo que lo condiciona es la plataforma de pastoreo. Sin embargo, ese tambero puede mantener la plataforma de pastoreo y puede hasta duplicar si quiere o crecer hasta donde él se lo proponga sin la necesidad de que la cosecha del pasto salga todo de la plataforma. Con esta opción podemos mantener un sistema de alta producción bajo techo, donde las reservas salgan de campos que no tienen plataforma y mantener el mismo número de vacas que pueda tener hoy el productor en plataforma; por eso digo que es un buen sistema para tener en cuenta.
Otra cosa que me gusta aclarar es que es un sistema realmente muy amigable con la vaca, con el confort animal. En estos sistemas, la vaca permanece bajo techo o permanece en corrales abiertos afuera donde la vaca sale y entra a voluntad. Y hemos visto como las vacas en días soleados, por ejemplo, de invierno, salen durante el día a tomar sol, si se quiere decir, y luego ingresan a los galpones a descansar y consumir alimentos. En el verano ocurre lo opuesto. Las vacas están durante el día bajo techo donde están más frescas, más confortables, y durante la noche les gusta salir a esos patios al aire libre que tienen prácticamente la misma dimensión que el área que está bajo techo. Por otro lado, también es muy amigable y confortable para todos los funcionarios y la mano de obra, ya que las vacas están pegadas al tambo.
Duplicará el sistema y sumará un biodigestor para generar energía
Julio Antognazza (h) informó que su empresa ya tiene decidida la extensión del sistema de cama caliente para duplicar su capacidad actual con la realización de un nuevo techo. La idea es estirar la lactancia de las vacas en los techos a un plazo de entre 150 y 180 días y tener una capacidad de 400 vacas bajo ese sistema.
“Cuando tenemos que liberar vacas para darle la posibilidad al ingreso de vacas frescas, se liberan vacas con un alto nivel de producción y en el sistema pastoril se nos caen abruptamente. Por lo tanto, nos gustaría poder mantener las vacas durante más tiempo y para eso necesitamos otro techo más”, indicó.
Por otro lado, el productor anunció que, junto con esa ampliación prevista para el verano del sistema de cama caliente, está incluida la instalación de un biodigestor con la firma Sansuy, la misma que ya instaló uno en el tambo de Pablo Pérez en la zona. Además de la generación y venta de energía a UTE, otra de las ventajas de invertir en esta tecnología es que luego del biodigestor se produce biofertilizante (casi sin patógenos) orgánico para volcar al campo, lo que en Brasil explica más de la mitad del repago de estos proyectos.
Antognazza sugirió a los productores que incursionen en este sistema a que lo hagan como lo “indica la biografía”, ya que es un sistema que funciona hace muchos años en países como Israel, Brasil, Paraguay, Argentina, y ahora Uruguay. Por ello consideró vital respetar las distancias, el 30% de pendiente, respetar los frentes de los comederos —que son 70 centímetros por vaca— como también los frentes de bebedero que son de 7 centímetros por vaca. El productor dijo a La Lechera que su predio tiene las “puertas abiertas” para todos aquellos interesados que quieren conocer más detalles sobre el funcionamiento de esta experiencia.