Tras las importantes subas logradas el martes (+US$ 12) la soja cerró en baja la rueda de Chicago por una toma de ganancias de los inversores, pero, también, por los dichos del presidente estadounidenses, Donald Trump, en cuanto a la chance de aplicar aranceles del 10% a las importaciones de productos chinos, en represalia al flujo de fentanilo desde el país asiático. La posición mayo bajó US$ 3,5 y quedó en US$/t 392,5 en Chicago.
Más allá del eventual impacto negativo de la noticia, vale destacar que esto quedaría a mucha distancia de la amenaza sostenida hasta no hace muchas semanas, de fijar aranceles del 60% a los productos chinos. Por su parte, la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Mao Ning, dijo ayer en una rueda de prensa que "no hay ganadores en las guerras comerciales o arancelarias" y que "China salvaguardará resueltamente sus intereses nacionales".
Como viene ocurriendo en los últimos días, la volatilidad es una de las mayores certezas que llegan al mercado de granos con la administración Trump, por ser una usina de rumores, amenazas y de reacciones súbitas en lo que hace al trato comercial de Estados Unidos con otros países. Todo a pedir del "juego" de los fondos de inversión especuladores.
El aceite contribuyó con la tónica bajista de la soja al ceder parte de las ganancias acumuladas en las últimas semanas frente a la chance cierta de que el nuevo gobierno de EEEUU le reste estímulo a la producción de los denominados combustibles sustentables, entre ellos, el biodiésel. El contrato marzo del aceite resignó US$ 29,76 y terminó la jornada con un ajuste de 979,27 dólares por tonelada.
Las pérdidas se vieron contenidas por el atraso en la cosecha de soja de Brasil y por la persistencia de un tiempo cálido y mayormente seco sobre amplias zonas agrícolas de la Argentina, que necesitan aportes de humedad adicionales a los recibidos durante el fin de semana anterior.
Tras la revisión semanal de sus estimaciones, la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (ANEC) de Brasil elevó ligeramente, de 2,19 a 2,22 millones de toneladas el volumen de las exportaciones de soja durante enero, frente a los 2,40 millones despachados en igual mes de 2024 y a los 1,47 millones de diciembre. En cuanto a las ventas de harina de soja en el primer mes de 2025, el cálculo fue llevado de 1,80 a 1,81 millones de toneladas, contra los 1,76 millones de igual mes del año pasado y los 2,18 millones negociados en diciembre.
En otro orden, el mercado sigue con atención la noticia sobre la suspensión de envíos de soja brasileña a China por parte de cinco empresas, luego de que la Aduana china encontró cargamentos con contaminación química, plagas o insectos, según informó ayer la agencia Reuters. Brasil suspendió desde el 8 de enero los envíos de Terra Roxa Comercio de Cereais, Olam Brasil y C. Vale Coop. Agroindustrial, mientras que desde el 14 del actual la propia Aduana china suspendió la recepción de mercadería de Cargill Agrícola SA y ADM do Brasil.
La agencia destacó que no está claro cuánto durará la suspensión, aunque las fuentes prevén que no sea mucho tiempo. "Depende principalmente de cuán rápido las empresas brasileñas puedan demostrar que descubrieron qué fue lo que provocó esas inconformidades y presentar un plan para solucionarlo", dijo la primera fuente. "Nos lo estamos tomando en serio", dijo a Reuters un representante de una de las empresas afectadas, que pidió no ser identificado debido a la sensibilidad del asunto. Una de las consecuencias de la guerra comercial entre Estados Unidos y China durante el anterior mandato de Trump fue el incremento de las compras chinas de soja brasileña. Hoy China, que durante 2024 importó un récord de 105,03 millones de toneladas, adquiere poco más del 70% de ese volumen en Brasil. Fuente: Granar Research