El precio del ganado para faena comenzó a corregir hacia abajo después de haber tendido al alza desde mediados de enero. Era esperable una corrección, dado que los precios lucían recalentados respecto al valor medio de exportación y también en la comparación con otras ganaderías exportadoras. Y también era probable que la corrección se diese en este momento en el que una porción importante de la industria está enfrascada en la venta de la cuota europea 481, de animales terminados a corral (por lo tanto, propios o adquiridos con anticipación), reduciendo el interés por animales de pasturas.

La pregunta que surge es si están dadas las condiciones para una corrección significativa de los precios que se extienda por varias semanas. Más allá de que sigue habiendo incertidumbres grandes en el mercado internacional, con la gran duda sobre qué estará sucediendo con China y la fuerte caída de su actividad económica, si las cosas transitan por caminos relativamente normales no parece que estén dadas las condiciones como para una corrección muy significativa si es que la industria pretende mantener niveles de actividad similares a los del primer tercio del año.

En un par de semanas habrá quedado atrás la ventana de la cuota y la demanda volverá a generalizarse por todas las categorías. Dentro de esa demanda estarán trabajando en varias plantas los equipos kosher que operan fundamentalmente con animales pesados —preferentemente novillos, pero también algunas vacas—, categorías que están lejos de abundar en estos momentos.

Da la sensación de que la industria hará el mayor esfuerzo posible por bajar los precios todo lo que pueda en estas tres semanas de ventana de cuota y luego el mercado volverá a estabilizarse y, paulatinamente, a retomar firmeza.

Con la extracción que ha habido en el último año, la oferta está lejos de ser abundante. La agricultura de invierno competirá por las mejores tierras con los verdeos y los puentes verdes, por lo que no hay que esperar una superficie muy extendida de éstos, a pesar de los favorables precios del gordo. La expectativa es que los corrales trabajen de forma intensa y será desde allí de donde se proveerán los frigoríficos de una porción creciente de su oferta.

Es probable que la oferta no alcance para sostener una faena en el entorno de las 50 mil cabezas semanales. Quizás, ni siquiera 45 mil. Si la demanda no se posiciona por debajo de esos niveles, los precios durante el invierno deberían seguir siendo muy atractivos. Habrá que ver cómo se comportan los importadores chinos, cuál será su demanda y a qué precio.