Foto: La Nación

Ya declarada, la segunda guerra comercial entre Estados Unidos y China golpeó los precios de la soja en Chicago, que cayeron hasta un 4,5% en la semana (US$ 12,2). La posición julio cerró la semana en US$/t 365.

Los aranceles cruzados favorecen a Brasil que está en el tramo final de su cosecha y que en marzo despachó un volumen récord de la oleaginosa desde sus puertos. El maíz logró un saldo positivo para sus precios, luego de que México y Canadá quedaron exceptuados de los aranceles recíprocos.

Además, un clima muy adverso en zonas del Sur y del Centro de EEUU podría afectar las siembras 2025/2026. El trigo tuvo un cierre entre sin cambios y con leves alzas en función del mal estado de los cultivos de invierno en algunas regiones productoras de invierno. No obstante, la imposición de aranceles a buena parte de los compradores limitó las mejoras.

Más allá de la presión estacional que ejercen la entrada de la cosecha de soja de Brasil en el circuito comercial y el incipiente inicio de la recolección de la oleaginosa en la Argentina, que mejorará el abastecimiento de las plantas procesadoras que sostienen al país en lo más alto de la tabla de exportadores de harina y de aceite, el factor bajista central de este segmento comercial fue la escalada en la disputa arancelaria planteada por la administración Trump, con el anuncio, el miércoles, de los aranceles recíprocos.

La segunda guerra comercial contra China

Al 20% de aranceles que la Casa Blanca ya les había impuesto a las importaciones de bienes desde China, el miércoles Trump reveló otro 34% en "Las Tablas de los Aranceles" y dejó en claro que la disputa con el gigante asiático dejó asuntos pendientes tras la primera guerra, que se extendió de 2018 a 2020. El mercado mundial de la soja tiene dos grandes proveedores: Brasil y Estados Unidos, y un gran comprador: China. Por cuestiones estacionales, las exportaciones estadounidenses fluyen hacia puertos chinos entre octubre y enero/febrero. Después, el negocio es casi todo de Brasil. Tras la primera guerra, Estados Unidos no sólo perdió su lugar como principal abastecedor de China, sino que puso a los compradores a pensar modos de achicar la dependencia de la soja estadounidense, con algunos cambios en la formulación de las raciones animales y con "más puchitos" comprados en orígenes con ofertas mínimas, pero que, al final del día o de la campaña, suman al objetivo general. En ocasión de la primera guerra comercial, desde estos espacios de análisis sostuvimos que se enfrentaban un país con unos 5.000 años de historia de tensiones comerciales, con otro de jóvenes, ahora, 250 años. Hoy Estados Unidos se expone a repetir la escena, con un consecuente impacto negativo sobre sus agricultores, justo cuando deben iniciar la siembra 2025/2026, que el lunes el USDA auguró con una retracción de 35,25 a 33,79 millones de hectáreas. ¿Podrá ser aún mayor la caída de la superficie cubierta con soja estadounidense por estas tensiones con el principal comprador? Esa podría ser una chance cierta, sobre todo luego de que el viernes China anunció la imposición de aranceles del 34% contra las importaciones estadounidense, incluida la soja, en una represalia que incluyó restricciones a la venta de tierras raras –el nuevo fetiche de Trump, que en los últimos meses las buscó obtener en forma desenfrenada en Ucrania, so pretexto de un "plan de paz"– y medidas contra empresas estadounidenses proveedoras de productos agropecuarios y alimenticios que ahora no podrán acceder al mercado chino. Por el estancamiento de la producción argentina de soja, en esta coyuntura comercial el país podría aspirar, como mucho, a elevar sus ventas de grano sin procesar a China hasta los 5 millones de toneladas, desde los 3,70 millones vendidos durante 2024, un volumen mínimo en la comparación con los 73 millones provistos por Brasil y los 27 millones negociados por EEUU. Esta historia de aranceles cruzados recién está en sus inicios, por lo que de ella se escribirá mucho más en adelante. En función de los precios, es garantía de incertidumbre y volatilidad.

Despachos récord de soja de Brasil

Con bastante relación con lo antedicho, en su revisión semanal sobre las estimaciones de exportaciones brasileñas, la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales de Brasil (ANEC) elevó de 15,56 a 16,10 millones de toneladas su previsión sobre los despachos de soja durante marzo, un volumen récord que, así, quedó por encima de los 9,73 millones embarcados en febrero y de los 13,55 millones del tercer mes de 2024. Cabe señalar que para la Secretaría de Comercio de Brasil las ventas totalizaron 14,68 millones de toneladas, un volumen que igualmente fue ponderado como récord para marzo y un 16,51% superior a la marca de igual mes de 2024. Acerca de la harina, la ANEC redujo de 2,30 a 2,17 millones de toneladas los despachos en marzo, contra los 1,50 millones de febrero y los 1,80 millones de marzo de 2024.

La devaluación de real contra el dólar

Sumó influencia bajista para los precios en Chicago la devaluación del real contra el dólar, que al cierre de la semana resultó del 1,47%. Este movimiento no sólo mejora la competitividad de las exportaciones de Brasil, sino que alienta los productores a vender más granos para hacerse de más reales, justo en el último tramo de la cosecha. Fuente: Granar Research

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