Luego de que se conocieran las medidas del gobierno argentinoi, que incluyeron un dólar agro a A$ 340 hasta el 31 de agosto para las economías regionales sumando al maíz, hubo expresiones de rechazo desde diversos ámbitos de la producción. Con el maíz, que está en plena cosecha, el Ministerio de Economía espera recaudar unos US$ 2.000 millones. Es un cereal que, si bien diversos estudios señalan que su impacto en los precios finales de los alimentos producidos con él ronda del 5% al 20%, según el producto, puede generar una gravitación mayor sobre la inflación.
Por otra parte, si bien se informó que el impuesto PAÍS al 7,5% quedará exento para importaciones de insumos y bienes intermedios vinculados a la canasta básica alimentaria, en el gobierno fuentes consultadas por La Nación detallaron el caso en que no se aplicaría el tributo para fertilizantes, agroquímicos y maquinaria agrícola: “Si pagás la importación con cobranza, no se paga el 7,5%”.
La decisión de incluir el maíz en el dólar agro, un producto clave para la transformación en carnes y leche, generó el malestar de la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar). Según distintos cálculos, en este cereal hay registradas para exportar 14,55 millones de toneladas que ya pagaron sus retenciones. Quedarían sin registrar 5,45 millones de toneladas. En tanto, hay mercadería sin precio por 10,3 millones de toneladas que podrían ingresar en el programa para exportar.
“La resolución que establece un tipo de cambio de 340 pesos argentinos genera enormes distorsiones en toda la cadena de valor. El gigantesco estado asistencialista genera desorden fiscal, endeudamiento público y emisión monetaria. Las víctimas de esto siempre han sido la inversión, el crecimiento y la generación de empleo. Es necesario el uso de instrumentos genuinos para enfrentar las distorsiones de las variables clave y a la vez dar previsibilidad y certidumbre”, dijo Maizar.
Para Maizar, “este tipo de medidas intempestivas” frenan “la innovación generando problemas para el abastecimiento normal y deformando el mercado de maíz para exportar y para industrializar a nivel local”.
Añadió que “los mercados compradores internacionales toman nota de los cambios abruptos y constantes de la oferta argentina y castiga con mermas de precios y decisiones de buscar maíz en otros países competidores”.
Maizar fustigó: “De nada sirve seguir con parches, lo que sirve es una política agroindustrial federal, la eliminación de los derechos de exportación y una unificación del tipo de cambio. El gran desafío está en recuperar la cultura del trabajo, rescatando la transparencia competitiva y evitando la miopía estratégica y la actitud oportunista. La agrobioindustria siempre ha mostrado su compromiso con el desarrollo de nuestro país”.
Los tamberos, que usan el maíz como alimento clave para las vacas, también apuntaron contra la medida y destacaron que tienen un fin recaudatorio. “Para nuestro caso, donde el maíz es la fuente de energía, no son buenas noticias, sí lo hubieran sido la quita de retenciones o la unificación del tipo de cambio, pero evidentemente estas dos cuestiones le quedan grandes a cualquiera en el Estado”, expresó Juan De Pian, presidente de la Unión de Productores de Leche Cuenca Mar y Sierras. Fuente: La Nación