La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha revelado previsiones desalentadoras para la campaña 2023/24, situando la producción mundial de vino entre 241,7 y 246,6 millones de hectolitros (Mhl), con una cifra promedio de 244,1 millones. Este dato marca una drástica disminución del 7% en comparación con la campaña anterior, alcanzando niveles que no se veían desde 1961.
Desafíos climáticos
La sequía extrema, heladas tempranas y fuertes lluvias han afectado a los principales países productores. Italia (-5,9 Mhl), España (-5 Mhl), Australia (-3,1 Mhl), Argentina (-2,6 Mhl) y Chile (-2,5 Mhl) se encuentran entre los más afectados. Sin embargo, Estados Unidos, Alemania, Portugal, Rumania y Bulgaria anticipan aumentos significativos en sus volúmenes de producción.
A pesar de los desafíos, Francia se posiciona como el principal país productor mundial con una estimación de 45,8 millones de hectolitros. En Estados Unidos, se espera un aumento del 12% en la producción, superando los 25,2 Mhl, lo que representa un 4% más que su media quinquenal.
En el hemisferio sur, los volúmenes de producción se encuentran notablemente por debajo de las cifras de 2022. Australia, Argentina, China, Sudáfrica y Brasil reportan disminuciones del 10% al 30%. Nueva Zelanda es la excepción, con una producción superior a la media quinquenal, pero 200 mil Mhl menor que la campaña anterior.
Preocupación por el consumo
Aunque las cifras indican una cosecha históricamente baja, la volatilidad en la producción de vino en los últimos años sugiere cautela. La OIV destaca que las crisis, desde la pandemia de covid-19 hasta la guerra en Ucrania, han impactado negativamente en el consumo de vino. Existen temores de que esta tendencia a la baja se convierta en estructural si las condiciones adversas persisten.