Para el director de Juan Vera SRL Negocios Rurales, la zafra de reproductores “se fue afirmando” a medida que fue ganando impulso y con un balance que “superó las expectativas iniciales”. Recordó que en el comienzo (fines de setiembre) estaba la incertidumbre por la sequía que se anunciaban para la primavera y la baja del precio del ganado. “Todos los remates en mi caso estuvieron US$ 200-300 por encima del año pasado y la colocación fue prácticamente total”, resaltó Juan Vera en diálogo con Informe Tardáguila. Acotó que solo una cabaña —que tenía la oferta más abultada (80 toros)— le quedó un remanente sin colocar en día del remate.
“Vimos una demanda activa por Angus y mucha gente buscando datos. El comprador mira cada vez más los datos, como los EPDs, etc, y eso se refleja en precio”, señaló. Puso como ejemplo un mismo brete donde un toro se vendió a US$ 700 la cuota y otro a US$ 260. “Esa diferencia se explicó por los datos que tenía el toro más caro, que fue donde se dio la mayor puja”, acotó.
Otro de los aspectos que destacó Vera para la agilidad de la zafra es que había “mucha vaca vacía” de la seca que fue para el entore y que necesitaba toros “más temprano”. “En la mayoría de los campos se entora en noviembre. Este año ya vimos muchas vacas con toros en octubre”, indicó.
Vera reconoció que es difícil de manejar la agenda y programación de los remates, sobre todo en la primera semana de octubre, donde hubo días con 7 remates en distintos puntos del país. “Este año los precios se afirmaron más sobre el final de la zafra”, apuntó.