El rubro ovino, de acuerdo con la última declaración jurada de Dicose, ha caído de los 6 millones de cabezas y lo más probable es que al cierre del ejercicio actual (2023-2024) tenga un nuevo ajuste a la baja, más allá de los esfuerzos de los productores por aumentar los porcentajes de señalada, indicador clave para la producción ya sea con una orientación hacia la carne o para la lana.
La realidad es que se ha venido observando una reducción de las majadas, principalmente de las razas de lanas más gruesas, y en algunos casos hasta la liquidación de planteles con más de 40 años de historia, como se constató recientemente en uno de los remates por pantalla.
Pero no todo debe leerse desde un punto de vista negativo, porque si bien se está liquidando majadas con historia, por otro lado, también se ha venido observando en esta zafra que criadores tradicionales de razas doble propósito han comenzado a adquirir carneros y vientres de lanas finas para comenzar con sus planteles, lo que marca un claro cambio en la orientación productiva.
En este sentido en los últimos años, muchos criadores y cabañeros de la raza Corriedale han venido desarrollando planteles de razas carniceras o de lanas finas, como el Poll Dorset o el Merino Dohne, y en esta zafra hay cabañeros que han tomado decisiones de ir más a fondo y directamente comenzar con cabañas de Merino Australiano.
Pero esta situación no se limita solamente a los cabañeros, sino que también se ha observado a criadores de muchos años en razas doble propósito en el norte del país, que han liquidado majadas y al mismo tiempo buscan hembras y carneros de lanas finas.
En este sentido, el Ing. Agr. Matías Orihuela, técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) en Salto, dijo que “se ha incrementado en este último tiempo la decisión de muchos productores de cambiar el pie de cría o ir cruzando”. Al respecto, mencionó que “ambas opciones son válidas” y remarcó que lo más importante es que el productor “debe tener claro el objetivo al cual quiere llegar y qué tan dispuestos están, desde el punto de vista económico, de hacer la inversión para para lograrlo”.
Orihuela señaló que “los técnicos del SUL estamos ayudando a los productores en su decisión, cuando así la requieren”. Recordó que se debe tener en cuenta que se puede “pasar de una majada que está muchísimo más adaptada al medio, que es muy rústica, que con un manejo sencillo no se tenía ninguna complicación” a adquirir “una majada que puede venir con alguna afección podal, por ejemplo, el pietín es lo más normal o algún otro problema sanitario y eso es bueno que siempre se tenga en cuenta porque lo mejor siempre es prevenir”.
El técnico del SUL remarcó que “no es que una raza es mejor que la otra, sino que una se va a comportar mejor en cierta situación que otra” y eso es importante que el productor lo tenga en cuenta. “Sabiendo eso, cada productor tiene un paquete de tecnología y herramientas que puede utilizar para adelantarse a esos problemas y tomar esas medidas y no tener pérdidas”.