Las exportaciones uruguayas de lácteos se encaminan a un final de bandera verde acerca de quién será el principal destino en 2021 pero, a falta de tres semanas para cerrar el año, Argelia corre con una mínima ventaja respecto de China, que le pisa los talones, ambos algo alejados de Brasil, que completa el podio.

En el año al 12 de diciembre, de acuerdo con datos de Aduanas, se habían embarcado a Argelia productos lácteos por US$ 164 millones, en tanto que a China los envíos facturaron US$ 158 millones. Brasil se posiciona tercero con US$ 139 millones.

Para seguir con la metáfora turfística, Argelia es el favorito para quedar como el principal destino, pero la amenaza de China es grande y podría darse una arremetida final en los últimos metros antes de llegar al disco.

En cualquier caso, hay un podio bien marcado de los tres principales destinos de los lácteos uruguayos, quienes acumulan US$ 461 millones de los US$ 681 millones vendidos al exterior en el período analizado, 68% del total.

Aunque casi no hay diferencia en el monto total de exportaciones a los dos principales destinos, sí la hay en cuanto a la composición de esas ventas. Argelia lleva solamente dos productos, leche en polvo y manteca, en tanto que China tiene una paleta más diversificada que incluye leche fluida, lactosuero, manteca y quesos, además —obviamente— de leche en polvo. Casi el 100% de los embarques a Argelia son de leche en polvo (US$ 163 millones), en tanto que este producto facturó US$ 149 millones en las ventas a China. Quien más diversificada tiene las compras es Brasil, con un peso relativo importante de los quesos (es el principal comprador de queso uruguayo con US$ 23 millones), suero de manteca y yogures por US$ 7,5 millones, manteca por US$ 5 millones y leche en polvo por US$ 101 millones.

De esta manera, el sector lácteo uruguayo no concentra el grueso de sus ventas en un solo destino, como en buena medida le sucede a la carne, que tiene en China a su principalísimo mercado. No solamente tiene un podio relativamente parejo de compradores, sino que además se trata de países de distintas regiones geográficas, lo que le da una mayor seguridad en cuanto a que una eventual caída de uno de ellos no tendría porqué significar un desplome drástico en las colocaciones.

Al analizar cómo asomaría la demanda desde estos tres principales compradores en 2022, las expectativas parecen ser razonablemente buenas, más allá de la espada de Damocles que significa la pandemia y sus variantes. China seguirá creciendo a tasas relativamente altas; aunque ya no son las expansiones de dos dígitos anuales de una década atrás —no podía mantener esas tasas de forma indefinida— las proyecciones indican que su PBI aumentará alrededor de 6% anual y eso es una buena noticia para la demanda internacional por materias primas. Este país tiene la amenaza adicional de las dificultades por las que atraviesa una de sus principales empresas del sector inmobiliario, Evergrande, que entró en default y genera malos recuerdos por lo que fue la crisis de Lehman Brothers en Estados Unidos no tantos años atrás.

En cuanto a Argelia, como país del Medio Oriente y Norte de África su economía tiene mucho que ver con la evolución del precio del petróleo y las expectativas son de un mercado firme para este producto.

Por último, Brasil en 2022 estará en año electoral, por lo que habrá interés del gobierno en que su población tenga un buen poder adquisitivo.

Cuando se le pase raya a 2022 dentro de un año, seguramente el podio siga siendo el mismo y los niveles de demanda de los tres se mantendrán firmes.