Según informó este martes diario Clarín de Argentina, el año pasado tuvo particularidades climáticas que obligaron al tambo a reconfigurarse y arrojaron consecuencias tanto en los precios como en la producción. La sequía que afectó a muchas zonas de ese país en la primera etapa del año hizo que la cantidad de litros de leche entregados a las usinas disminuyera, generando presión en el mercado y provocando un aumento en el precio.
Para la segunda fase del año, las condiciones hídricas en las principales cuencas lecheras se normalizaron y aumentó la producción, pero no alcanzó para revertir una caída interanual del volumen entregado.
En principio, hay un dato que a priori asoma como favorable: el precio pagado a los productores por la leche en tranquera trepó a 16,82 pesos por litro en diciembre, lo que significa un salto interanual del 81 por ciento.
Es así uno de los pocos sectores que logró superar el salto inflacionario del año pasado, que fue del 53,8 por ciento. Sin embargo, esto no significa que los tamberos hayan tenido una fuerte mejora económica: en dólares, el valor de diciembre significa 27 centavos, una cifra que está por debajo del valor que consideran como una base para obtener rentabilidad: 30 centavos.
El ordeñe total fue de 10.343,4 millones de litros, 1,8 por ciento menos que el ciclo anterior, pero el valor aumentó más que la inflación.
Fuente Clarin.com