La economista Mercedes Baraibar, del Área de Información y Estudios Económicos del Inale, habló sobre las perspectivas del mercado internacional de los lácteos y vaticinó la continuidad de un escenario de “desbalance” entre oferta y demanda que daría firmeza a los precios de los principales commodities del rubro. 

Baraibar recordó que “no es ninguna novedad” la importancia que tiene para Uruguay el mercado internacional de los lácteos. “Somos netos exportadores, la mayor producción de leche se exporta y somos tomadores de precios del mercado internacional”, recordó.

La economista del Inale comentó que durante 2021 el precio de los commodities lácteos mostró una suba del 30%. En el caso de la leche en polvo entera —el principal producto de venta de Uruguay— su valor se disparó 25% el año pasado, la descremada lo hizo un 41%, la manteca 54% y los quesos 35%.

La experta indicó que lo que explicó esa marcada suba de los valores internacionales de los lácteos fue un “desbalance” entre oferta y demanda de leche. La producción de leche se resintió durante buena parte del año pasado en la comparación con 2020 en la mayoría de los países exportadores de commodities lácteos.

Por el lado de la demanda, las importaciones de leche en polvo entera, caso de China —el principal comprador global—aumentaron 32% (849 mil tons), mientras que las de leche en polvo descremada lo hicieron 27% (425 mil toneladas). También hubo subas en quesos (+36%, a 175 mil toneladas) y manteca (+13%, a 133 mil toneladas).

 

Las perspectivas para 2022

La economista del Inale indicó que para este año también se está pronosticando nuevamente un “desbalance” entre la oferta de commodities lácteos y su demanda. “Las principales regiones exportadoras van a vender menos (-0,4%) según lo que están viendo los analistas internacionales”, indicó.

Los motivos que están detrás de esa proyección son una restricción en la producción de leche por factores climáticos en el sur que “no han contribuido” a una mayor productividad en los sistemas pastoriles. En tanto, en los sistemas lecheros del norte se han erosionado los márgenes por la suba de los costos de producción. “Esto no incentivará a un crecimiento de la producción”, aseguró Baraibar.

Del otro lado del mostrador, se espera que se dé una “mayor demanda” de las importaciones por aspectos vinculados a la seguridad alimentaria en 2022. “Eso va a llevar a que los precios internacionales se mantengan de forma sostenida”, dijo Baraibar.

La especialista indicó que, si bien China tiene stocks acumulados hoy en día, no está previsto que se retire del mercado internacional principalmente por “motivos se seguridad alimentaria”, para buscar el normal abastecimiento de productos puntuales, que cada vez se consideran “más importantes” en la dieta de los habitantes chinos.

El costo de producción de una tonelada de leche en polvo entera en China es hoy de unos US$/t 6.000, mientras que Nueva Zelanda está exportando a ese país en un valor algo superior a los US$/ton 4.000. “Hay un diferencial a favor de la exportación”, explicó la técnica del Inale.

Por otro lado, se espera una demanda tonificada de otros compradores del sudeste asiático, del norte de África y Medio Oriente, “que más que compensaría la desaceleración en el ritmo de crecimiento de las compras de China para este año”.

 

Otros factores que juegan

Más allá de los tradicionales factores de oferta y demanda para los lácteos, en 2022 también se suman otras variables que tienen su incidencia en la dinámica de este mercado y en cómo se fijan los precios. Entre ellos está un contexto de fuertes presiones inflacionarias a nivel global que erosiona el poder de compra de los consumidores, al que se sumó la guerra entre Rusia y Ucrania, que tuvo incidencia directa en insumos clave para la lechería: el precio de los granos. También se considera poco probable que los problemas logísticos para el transporte marítimo se puedan resolver este año.

Para Baraibar, si bien hoy hay “factores de inestabilidad”, eso no hace prever un descenso en los valores, aunque sí puede darse “cierta desaceleración”.