Alejandro Pacheco es vicepresidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF). En diálogo con La Lechera contó que proviene de una familia tambera que hace más de 70 años remite a Conaprole, con aproximadamente 50 vacas en ordeñe; además, destacó el papel que la SPLF cumple con el tambero.

 

¿Cómo comienza la historia del tambo y dónde están ubicados?

Nosotros tenemos el tambo en el kilómetro 83,200 de la ruta 5, a 15 kilómetros del centro de Florida. Hace muchos años que estamos ahí. La familia comenzó en el rubro hace unos 80 años y hace 73 años que remitimos a Conaprole, desde marzo de 1948, primero por mi abuelo, después por mi padre y luego a nivel personal con mi familia. Es un orgullo para esta empresa familiar haberse mantenido durante tantos años.

 

¿Cómo está compuesta la empresa hoy?

Hoy la llevo adelante con mi esposa y mis hijos, que no sé si van a seguir, pero esperamos que sí. Mi hijo mayor ya está estudiando en Montevideo Ingeniería y Programación, que pretende aplicar al agro.

Es un sistema enteramente pastoril, básicamente con muy poco uso de concentrado —lo mínimo imprescindible— y se ordeñan en promedio 50 vacas. Tenemos la ruta 5 dividiendo el campo al medio, lo que complica bastante la logística.

En 2015, cuando comenzaba la crisis, me hice cargo del tambo de una tía con 25 vacas, el cual todavía por esa crisis no ha dado frutos, va cubriendo los gastos nomás, pero esperamos con esta recuperación sacarlo adelante.

 

¿Cómo está la situación económica del tambero tras varios años de crisis?

Desde 2015 empezamos con una sequía y después se sumó la crisis de los precios internacionales. En aquel entonces estábamos en el INALE y nos reuníamos con el entonces ministro Aguerre, en enero de 2016 hubo una reunión donde quedó demostrado que estábamos todos muy preocupados por la situación que había.

Afortunadamente ahora se está mostrando una firmeza de los precios internacionales, las exportaciones están bien, la cooperativa está vendida, pero lo que notamos los productores es que la mejora en el precio no llega al productor con la velocidad que debería. No sé si es ansiedad nuestra o demora en transferirse el precio, pero lo cierto es que notamos que no es inmediato y debería subir más rápido.

Advertimos que la situación va a mejorar. Hay otros elementos, como ahora la exportación de ganado en pie, que al productor le descomprime el bolsillo. Usando con criterio esta herramienta y vendiendo sin quedarse sin animales, el productor también hace un poco de caja.

El tambero con las vacas de descarte tiene muy buen precio y entonces creo que tenemos señales muy alentadoras, que hacen que tengamos otro ánimo.

El invierno hasta el momento es bueno, estamos viviendo por estas semanas una situación de temperaturas buenas, pero ahora son menos las horas de sol. Esperemos que el clima nos ayude y los mercados también.

Nos preocupa que siga habiendo productores que abandonan el rubro, que vienen castigados de años anteriores, ya que el precio no les da y optan por dejar la producción.

 

Hoy en la zona tienen una gremial que está posicionada como es la SPLF. ¿Qué significa tener esa herramienta como respaldo para el productor?

La SPLF es todo para el que es socio y acompaña la trayectoria de la gremial. Los socios, los funcionarios —especialmente— y los directivos, que honorariamente ponen el hombro, son tres patas fundamentales, que hacen que la institución sea importante para nosotros.

Con todos los servicios que brinda, con inmediatez con la maquinaria en lo que es la posibilidad de sembrar y arreglar accesos a los tambos, es relevante para el rubro. También se ha incorporado maquinaria y se hizo con criterio, con una proyección de la demanda que vamos a tener, para que sea una inversión rentable y que perdure.

 

En este último tiempo la gremial lo encuentra como vicepresidente.

Para nosotros es un orgullo, entramos a la gremial en el año 2000 en el grupo de jóvenes, con poco más de 20 años, y después empecé como suplente en la directiva en 2013. Luego ocupamos la titularidad y después la secretaría de la institución y la tesorería. Estamos donde haya que estar para dar una mano.

Es un orgullo ser parte, y el hecho de estar aquí nos abrió las ideas. Integramos el INALE 10 años, las Cooperativas Agrarias Federadas, la Federación Rural, y uno aprende mucho y conoce gente que lo enriquece. El gremialismo se tiene que profesionalizar cada vez más, pero sin perder esa sensibilidad con el socio, porque el productor está en su predio y necesita de los gremialistas que están trabajando para poder tener su respaldo y trabajar tranquilos. A eso lo hacemos muy bien, nunca perdimos de vista al productor, somos una institución que no solo está para brindar servicios logísticos, sino un servicio gremial que es demandado y desgastante para los que lo llevan adelante, pero importante para el productor.