La producción de leche fluida en Nueva Zelanda se estima en 21,7 millones de toneladas para el año comercial 2025. Esta cifra se sitúa levemente por encima del promedio de los últimos cinco años (21,6 t) y representa un ligero aumento respecto a 2024, según el último informe bianual del USDA.

El volumen refleja ajustes estructurales de largo plazo como la consolidación de rodeos y la ausencia de una expansión significativa del sector lechero. También influyen factores como el aumento de la productividad por vaca y una mejora en las prácticas de manejo. A corto plazo, la producción se ve favorecida por altos precios al productor y menores tasas de interés.

Limitados por la pequeña población del país, los procesadores de lácteos siguen orientados a la exportación, con el foco en los mercados globales para su crecimiento. La leche en polvo entera (WMP) sigue siendo el principal producto exportado por volumen, aunque se observa un cambio hacia otros rubros como quesos, grasas lácteas, leche en polvo descremada (SMP) y productos especiales.

Cambio en estructura exportadora

La oficina del USDA de Wellington estima que las exportaciones de leche fluida alcanzarán 250.000 toneladas en 2025, una cifra levemente inferior a la proyectada por el USDA. Este volumen se mantiene en línea con los envíos de 2024, que totalizaron 245.836 toneladas, en un contexto de creciente derivación de leche hacia productos lácteos con mayor procesamiento. China sigue siendo el principal destino, concentrando tres cuartas partes del total exportado.

En los últimos años, los procesadores lácteos de Nueva Zelanda realizaron importantes inversiones de capital para modernizar sus instalaciones, con un fuerte enfoque en sostenibilidad y diversificación de productos. Muchas plantas están dejando atrás el uso de carbón como fuente de energía, migrando hacia alternativas más sostenibles como biomasa de madera, gas natural y electricidad.

En paralelo, se registra un cambio estratégico a nivel sectorial: se está dejando de priorizar la producción de leche en polvo a granel, dando paso a lácteos frescos y productos especiales de mayor valor, como manteca, quesos y crema. Este giro se refleja en los datos de comercio: la leche en polvo entera (WMP), que en 2018 representaba el 45% del volumen total exportado por Nueva Zelanda, bajó al 40% en el primer trimestre de 2025.

Al mismo tiempo, los procesadores han ampliado su capacidad para productos funcionales y de especialidad como fórmulas infantiles, concentrados de proteínas de suero y leche (WPC, WPI, MPC), lactoferrina, caseinatos y otros ingredientes lácteos de alto valor.

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