La fase primaria de la cadena láctea (tambos) cerró el 2021 con un endeudamiento por US$ 231 millones, unos US$ 15 millones menos que un año atrás. Además, la morosidad bajó del 4,9% en diciembre de 2020 (unos US$ 12,2 millones a apenas el 1,2% en diciembre del año pasado (unos US$ 3,8 millones). Se trata del menor porcentaje de créditos vencidos de los tambos con el sistema financiero de al menos los últimos seis años.

Aunque aún persisten algunos desafíos en materia de rentabilidad por la suba de costos, la fase primaria logró una memora en sus ingresos brutos en dólares por unos US$ 55 en 2021 por la mejora en el precio de la leche y el crecimiento que mostró la remisión de leche a plantas industriales. La facturación bruta de los tambos por la remisión de leche a plantas industriales cerró el 2021 con ingresos por unos US$ 736 millones, una recuperación del 19% (+ US$ 118 millones) respecto a los US$ 617 millones del 2020. Ese año, los productores lecheros obtuvieron un precio medio en dólares por litro remitido a planta equivalente a US$ 0,34, con un avance de cuatro centavos frente al promedio de US$ 0,30 que mostró el 2020.