El ingeniero agrónomo Mario Fosatti, asesor lechero para la Federación Uruguaya de Grupos Crea, analizó para La Lechera, la información del momento y de los costos que la lechería debería enfrentar en el otoño.
¿Cómo están evaluando el impacto de las lluvias de febrero en la lechería?
Ha llovido muy bien en todas las zonas del país y eso se va a notar rápidamente. No hay que olvidar que venimos de un fin de primavera que teníamos poca agua y con mucha preocupación por parte de los productores en cuanto a la reserva y que iba a pasar con la oferta forrajera y la persistencia de las pasturas. Ahora tenemos otro panorama mejor de cara al otoño con buenas perspectivas porque las avenas se pueden estar sembrando; es seguramente un año que arranca diferente a lo que pensábamos.
¿A nivel de agua en el perfil y de reservas existe ya una situación óptima?
No, porque hay que tener en cuenta que el verano uruguayo siempre tiene un déficit de agua promedialmente evaporando más y todavía el caudal de lluvia en los últimos 6 meses está por debajo del normal.
La situación de la forrajera da tranquilidad y otro flujo de crecimiento de cara al otoño mejor.
¿Cómo están las perspectivas para delante en lo que es la producción y remisión?
En este caso, estamos preocupados por el tema de los costos de concentrados, porque han subido muchísimo los granos, tanto los cereales como los oleaginosos. Tomando al maíz como referencia está teniendo una suba importante en relación al año pasado. Más o menos estamos ya un 30% o más por tonelada y la soja casi que un 70% de manera que eso se va a reflejar en los costos, porque los de concentrados son el 40% del total y eso se va a sentir mucho.
¿Cómo está la relación costo producción?
En el caso de los concentrados estamos manejando una relación 0,8 entre el maíz y la leche, por lo que con un litro de leche estamos en 800 gramos de maíz, que es una relación alta, porque normalmente es mucho más baja y si tenemos la última década siempre fue más cercana a 0,6.
Han subido también en dólares los fertilizantes y la leche está con valores estables y con alguna suba a nivel internacional, todavía ese repunte no se ha notado en el precio al productor.
¿Qué medidas se pueden tomar para ser más efectivos y eficientes en un mercado que es más caro?
Estamos planteando en primer lugar como siempre ver cómo podemos mejorar la parte forrajera, que es la que nos hace bajar los costos. Un 10% de mejora en la parte forrajera es un 10% menos que precisamos de concentrados y la diferencia es grande. Mirar todas las pasturas es otra de las opciones que tiene el productor para así no quedarse con pasturas malas, y sí solo las buenas y lo mejor posible, porque siempre va a ser menos que los concentrados.
Hay que tener en cuenta que probablemente las reservas con las que vayamos a e contar en otoño no sean las de otros años, porque la primera parte del verano hizo disminuir los rendimientos de los maíces para silos y todavía quedan los sorgos y los maíces más tardíos, por lo que me da la impresión de que no vamos a estar en el mismo nivel de reserva.
Entonces nos queda entre 3 tipos de alimentos, la parte de pasturas como la que pueden cambiar más. Se debe buscar que sea el porcentaje mayor de la alimentación.
Habrá que ver qué pasa con algunos subproductos que puedan aparecer, como el afrechillo de arroz, que pueden moderar los precios, pero lo real es que va a ser un año de costos de alimentación altos y la única manera de diluirlos es con más leche o tratando de manejar los concentrados muy bien en las cantidades moderadas.
Habría que plantearse estar por debajo de los 300 gramos por litro y la otra cuestión es saber también que costos enfrentan los concentrados y si bien lo que más han subido son los complementos proteicos, estos son el 20% de la dieta. El otro 80% es más barato y es el que nos va a pesar más al final, porque no solo se mide el costo por producto, sino el costo global y cuanto pega en la empresa.