La dramática sequía que sufrió el país desde la pasada la primavera hasta entrado el otoño tuvo (y tendrá) efectos muy significativos sobre los distintos rubros de la producción pecuaria. De todas formas, en ese contexto la lechería no fue de los rubros más perjudicados.

Así se desprende de un análisis que elaboró la consultora Exante sobre el resultado de distintos sectores de actividad al finalizar el ejercicio agrícola 2022/23.

“En la lechería, los precios de exportación de la industria local se mantuvieron firmes en el último ciclo y permitieron sostener altos precios de la leche al productor”, destacó Exante.

La remisión de leche a plantas industriales tendió a caer, con un impacto importante de la sequía en el verano. Sin embargo, en el conjunto del ciclo la baja habría sido acotada. En el período agosto 2022 a mayo 2023 la remisión a plantas industriales apenas se contrajo 1,3%.

De todos modos, los altos costos incurridos (sobre todo en suplementación para la alimentación del ganado) se habrían traducido en menores márgenes en el ejercicio lechero 2022/23.

Los costos totales durante el último ejercicio agrícola habrían superado los US$/ha 1.000, un máximo histórico para el sector.

Pese a ello el Ebitda (resultado antes de intereses de deuda, amortización e impuestos) promedio de los tambos superó los US$/ha 300 durante el último ejercicio, según estimaciones de Exante. Este resultado está por encima del promedio histórico de la última década.