El tambo de Marcelo Rodríguez (55 años) es otro de muchos que es gestionado y manejado en su totalidad por una familia. En este caso, tres de sus cuatro hijos y su esposa. La explotación está sobre ruta 5, muy cerca de la capital de Florida. Maneja una superficie propia de 82 hectáreas (ha) y otras 59 ha arrendadas de un campo lindero. Es la tercera generación de tamberos en la familia, recibió un reconocimiento de Conaprole por los más 50 años de la matrícula, y dice que ya le está dando pasos a sus hijos para que continúen en la actividad.

En entrevista con La Lechera el productor habló de cómo el sistema de medición de pasturas que brinda la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF) y OliviaAgro cambió drásticamente la forma en cómo gestiona el pasto en su predio.

¿Cuántas vacas estás ordeñando hoy y qué sistema utilizás?

En general nos manejamos con un rodeo de entre 90 y 100 vacas, con un promedio que hoy ronda los 18 litros. Es un sistema básicamente pastoril con algo de reservas. La idea es aprovechar lo mejor posible el pasto, con muy poco uso de concentrado. Tenemos un rodeo básicamente Holando, pero ahora estamos sumando animales Jersey y Kiwi para elevar un poco el porcentaje de sólidos. Hoy andamos en 3,40-3,50% de proteína y 3,70% de grasa.

¿Es una gestión familiar?

Soy la tercera generación familiar con tambo, luego del pasaje de mi abuelo y mi padre. Hoy en el tambo trabajan directamente tres de mis cuatro hijos junto a mi señora. La idea que es que ellos puedan ir gestionado solos ya la explotación para que puedan hacerse cargo en un futuro. Acá no tenemos empleados y todo el trabajo se hace con la familia, desde el ordeñe, las siembras, las cosechas.

Sos uno de los productores de la zona que comenzó a utilizar el sistema de medición de pasturas de la SPLF y OliviaAgro, ¿qué evaluación hacés de su implementación en tu predio?

Empezamos a utilizar ese sistema en plena seca. Justo coincidió que la ingeniera agrónoma que nos asesoraba se estaba jubilando y surgió la posibilidad de contar con la técnica que está trabajando en la Sociedad de Productores en el sistema de medición de pasturas. Esa ingeniera fue la que me planteó que comenzara a utilizar ese sistema. La verdad, al principio no estaba muy convencido de comenzar a aplicarlo en mi predio y menos en plena seca cuando no tenía nada de pasto. Sin embargo, hoy debo confesar que estoy muy conforme, porque me cambió mucho la gestión y la tranquilidad del sistema. La ingeniera viene cada 15 días, recorremos y medimos todo el campo y me deja una planificación muy detallada. Esto te da una tranquilidad y debo confesar que en mi campo apareció el pasto. Hace muchos años que estoy en la lechería utilizando un sistema pastoril y tener pasto como tengo ahora, no lo recuerdo. Y no hice un gran cambio. Lo único que cambió es cómo pastorear las parcelas y utilizar el pasto. Tampoco me implicó que haya incursionado en más gasto o cambiando sustancialmente las pasturas que utilizo.

Con este sistema sabés el pasto que tenés, lo que crece. Y tener una planificación para 15 días te da una tranquilidad de que sabés que por ese tiempo ya tenés esa tarea resuelta. Creo que en el pasado sobrepastoreaba.

¿Qué otro servicio de la SPLF estás utilizando?

Soy socio de la Sociedad desde sus inicios. Todo lo que es el servicio de secretaría y papeles lo gestiono con ellos; también utilizo el campo de recría y, a veces, algún servicio de maquinaria que requiero.

¿Cómo estás viendo hoy la realidad del sector?

Siempre trato de ver al sector con optimismo, más allá de los vaivenes que tiene este negocio. Hemos atravesado momentos muy complejos como esta última seca que nos va a llevar un tiempo volver a acomodarnos. Por suerte ahora hay insumos que vienen bajando de precio. Ahora tenemos la incertidumbre de saber hasta cuándo podrá sostenerse el precio de la leche.

A mi modo de ver, hoy la actividad da un margen. Quizás sea mi caso, porque manejamos todo a nivel familiar y se puede trabajar más ajustado por más que a los productores chicos siempre hay cosas que nos cuestan más caras.

¿Qué evaluación hacés sobre el desempeño de la política pública con la lechería en este período?

Estoy conforme en líneas generales, aunque siempre haya cosas para hacer. Lo que noto es que quizás ahora se escucha más a las gremiales y los productores en sus planteos. Seguramente todavía faltan temas por resolver, pero se han hecho cosas como los créditos a largo plazo del BROU para la compra de campos. Hoy es difícil motivar a la muchachada para que siga en el negocio y el cierre de muchos tambos familiares se da porque no hay quién siga con la explotación.