Es tan reservado que encargó un palco privado con los cristales tintados para acudir de incógnito a ver los partidos de su equipo de fútbol favorito, según un perfil que divulgó el diario español Expansión. Huye de las apariciones públicas pese a ser la cuarta fortuna de Francia, con 25.000 millones de euros, liderar el mundo de los productos lácteos con su grupo Lactalis (presente en Uruguay) y poseer marcas populares como Président, Puleva, Lauki, El Castillo, RAM, Flor de Esgueva, El Ventero, Chufi, Parmalat, Lactel y Galban.

Pero quién es este personaje que quiere lanzarse a por su competidor Danone y al que en Francia apodan el multimillonario invisible y que también es conocido como el emperador de los quesos. Emmanuel Besnier, de 51 años, pertenece a la tercera generación de una acaudalada familia gala, los Besnier, que han hecho fortuna con el desarrollo del queso francés en el mundo.

Después de formarse en la prestigiosa escuela de negocios ISG Business School de París, Emmanuel se incorporó en 1995 a Besnier, la empresa familiar fundada por su abuelo, como director de desarrollo y cinco años más tarde asumió el cargo de primer ejecutivo tras la muerte de su padre Michel Besnier.

El apodo de multimillonario invisible se debe a que Emmanuel Besnier es tremendamente discreto, nunca concede entrevistas y evita los actos públicos hasta el punto de que existen muy pocas imágenes suyas. Además, durante años se negó a publicar las cuentas anuales y los resultados del grupo porque prefirió saltarse la ley y pagar una multa antes que desvelar sus ingresos y beneficios.

Esta opacidad empresarial saltó por los aires cuando en 2017 estalló el escándalo de la leche infantil contaminada por salmonelosis que Lactalis había comercializado en 83 países. Hubo cientos de bebés afectados y, obligado por las autoridades francesas, Emmanuel Besnier tuvo que romper su silencio y prometer que retiraría todos los lotes de leche contaminada y que indemnizaría a las víctimas. A este escándalo se unieron las denuncias de muchos ganaderos galos que se quejaron de que la compañía utilizaba su gran poder de compra para obligarles a vender la leche con pérdidas.

Emmanuel Besnier tiene fama de ser duro con los productores de leche —le califican como “el peor pagador”— y de gestionar el grupo con mano de hierro. De hecho, acaba de despedir por sorpresa al CEO de Lactalis, Philippe Palazzi, tras menos de dos años en el cargo. La empresa reconoce “diferencias estratégicas irreconciliables” entre Palazzi y el presidente Emmanuel Besnier, que ahora ha asumido las funciones del ejecutivo destituido. El principal conflicto entre ellos ha sido la posibilidad de lanzar una OPA por su competidora Danone, cuyo negocio como líder en yogures es complementario con el poderío de Lactalis en leche y quesos. Danone llegó a subir un 6% en la Bolsa de París el día que se conoció el posible interés de Lactalis.

La adquisición de Danone obligaría a la familia Besnier a desvelar no sólo las cuentas de Lactalis sino también el complejo entramado fiscal y societario con el que controla el grupo. Emmanuel y sus hermanos Jean-Michel y Marie —que no ocupan cargos ejecutivos en el grupo— poseen el 85% del capital a través del holding BSA Internacional, con sede en Anderlecht (Bélgica), cuya única función es mantener las participaciones en las empresas del grupo y beneficiarse de las favorables condiciones fiscales que concede este país a las multinacionales. Para optimizar aún más su fiscalidad, los Besnier poseen también las sociedades Ekabe Internacional y Nethuns, ambas con sede en Luxemburgo.

Gracias a su imperio lácteo, Emmanuel Besnier tiene una fortuna de 25.000 millones de euros, lo que le convierte en la cuarta persona más rica de Francia, por detrás de Bernard Arnault, François Pinault y Françoise Bettencourt. Además, posee el castillo Château du Vallon en Entrammes que heredó de su padre, una casa de veraneo en la isla de Ré y un chalet en Courchevel, en plenos Alpes franceses. Tiene tres hijos y está casado con Sandrine a quien conoció cuando estudiaba en el Liceo de la ciudad de Laval.

Fue en esta localidad francesa, situada entre Bretaña y Normandía y a pocos kilómetros del Valle del Loira, donde en 1933 André Besnier, abuelo de Emmanuel, produce sus primeros quesos camembert, que tuvieron mucho éxito gracias al dinamismo comercial del fundador, que pronto diversificó su oferta elaborando también mantequilla, nata fresca y leche, y siendo pionero en la venta de leche en botella de cristal.

A André Besnier le sucede su hijo Michel, que fue el artífice del crecimiento del grupo en los años 60 cuando la demanda de productos lácteos se dispara y aparecen los primeros hipermercados. Michel Besnier lanzó la marca Président, que se convertiría en el emblema del grupo, y comercializó la primera marca de leche envasada en Tetra Brik, Lait 2000, que cambió los hábitos de los consumidores.

En las décadas posteriores, la empresa Besnier —no fue hasta 1999 cuando cambió su denominación por la actual de Lactalis— se lanzó a una imparable estrategia de adquisiciones pilotadas por Michel Besnier primero y continuadas por su hijo Emmanuel Besnier. Realizó compras de importantes empresas en Francia (Bridel, Lactel y Société des Caves de Roquefort), Italia (Parmalat, Galbani y Locatelli, que era líder en mozzarella) y España (Forlasa, Puleva y Sanutri).

Este crecimiento convirtió a Lactalis en líder mundial de productos lácteos por encima de Danone y Nestlé. Hoy, el grupo tiene una cifra de negocios de 20.000 millones de euros, está presente en 94 países, cuenta con 85.000 empleados y posee 266 fábricas en 51 países. Fuente: Expansión-España