El presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou inauguró junto a otras autoridades nacionales y de FAO la conferencia que entre este martes y miércoles concita la atención sobre ganadería sostenible.
El mandatario instó a mantener los instrumentos y con una institucionalidad firme porque los procesos llevan tiempo. En la apertura estuvieron tres ministros: el de Ganadería, Fernando Mattos; de Economía, Azucena Arbeleche; de Ambiente, Robert Bouvier, y el representante de FAO para Latino América y el Caribe Mario Lubetkin. El director general de FAO, Qu Dongyu, hizo llegar a través de una nota su mensaje.
Durante la conferencia, se intercambiarán acciones sobre la transformación de la ganadería hacia sistemas de producción más innovadores, resilientes y eficientes, que reduzcan el impacto ambiental y aumenten la accesibilidad de alimentos sanos en las diferentes cadenas de producción pecuarias. Esto empezó como un proyecto pequeño, una reunión técnica donde se discutirían metodologías para medir el impacto ambiental de la ganadería. Esta iniciativa fue creciendo y hoy estamos ante un evento histórico, con la participación de autoridades de la región y el mundo, donde se tratarán temas de políticas públicas, financiamiento, investigación y desarrollo, así como las necesidades del sector privado para un desarrollo sostenible de la ganadería de la región.
El objetivo es generar un espacio de discusión de políticas y estrategias, así como facilitar el intercambio sobre oportunidades de adopción y escalamiento de acciones a través de experiencias que han tenido éxito.
El ministro Mattos valoró la decisión de la FAO de realizar el evento en Uruguay. “Elige el país más ganadero del mundo”, dijo, y resaltó que más del 55% del territorio nacional conserva las pasturas naturales, por lo que la producción continuará siendo sostenible en el futuro.
Indicó, además, que Uruguay, un actor principal en la exportación de productos ganaderos, puede producir alimentos para millones de habitantes de naciones desarrolladas. En ese sentido, debe mantener el apego a las normas, las pasturas, la buena nutrición y la genética, indicó.
Arbeleche manifestó que el mundo atraviesa un cambio de paradigma, en el que gobiernos y empresas han incorporado el impacto ambiental de sus decisiones y procesos. Al respecto, consideró que esto debe integrarse a la política económica para determinar el crecimiento del país y generar empleo.
En el ámbito internacional, entonces, el mensaje ha sido claro: los países que contribuyen al cuidado ambiental deben recibir un reconocimiento económico, como la reducción de los costos de financiamiento, manifestó. Asimismo, recordó acciones del gobierno, como la emisión de un bono soberano asociado al cumplimiento de indicadores de sostenibilidad y cambio climático o la vinculación de parte del impuesto específico interno (Imesi) a la contribución en la emisión de dióxido de carbono, lo que significó una preparación para un requisito de la Unión Europea desde 2025.
En otro orden, informó que la cartera que dirige enviará al Parlamento un proyecto de ley para constituir un fondo para el clima y la naturaleza. Cuando Uruguay, por cumplir con los indicadores ambientales, obtenga una reducción de las tasas de financiamiento, los recursos ahorrados serán dirigidos a esa iniciativa, que también podrá nutrirse de Rentas Generales y aportes extranjeros.
Finalmente, resaltó el trabajo conjunto entre el MGAP y el INAC para certificar la carne de exportación como “libre de deforestación” y abogó por que la promoción del desarrollo sostenible implique “más oportunidades de inversión, mejores condiciones comerciales y más puestos de trabajo para nuestros ciudadanos”. Fuente: INAC