Guillermo Mattioli, médico veterinario de la Universidad de La Plata, de la República Argentina, estuvo recientemente en Salto y la pasada semana en Paysandú, disertando sobre la necesidad de equilibrar la presencia de minerales en el rumen del vacuno, de manera de maximizar las ganancias en la ganadería. Sin embargo, en una reciente entrevista en su país de origen, dijo: “Si yo fuera político no les daría a los productores todo lo que piden, sino que trataría de que mejoren su productividad”.
La frase del profesional, si bien estaba dirigida a los productores de su propio país, no se circunscribe solamente a Argentina, sino que es un concepto “antipático, filosófico y terriblemente realista” para el rubro ganadero, según lo definió el propio profesional.
Mattioli indicó que “hay un eslogan que dice que los tiempos difíciles generan hombres duros. Los hombres duros generamos tiempos fáciles. Los tiempos fáciles generan personas débiles y esas personas débiles vuelven a generar momentos duros” y explicó que la sobreprotección sería un problema para el propio productor.
“Hay pocos sistemas productivos que tengan tanto margen de error como tiene la ganadería, no lo digo en Uruguay, lo digo en cualquier lugar del mundo”, dijo Mattioli, por lo que sostuvo que “la sensación es que todavía falta realmente prestarle mucha atención a la optimización de la productividad”.
El profesional explicó que es de “familia de productores, vivo del campo, amo lo que hago y nunca lastimaría a un productor, pero si los pudiera juntar a todos les diría muchachos a ustedes les toco esto, pero guarda que la productividad de esto no es solo para tu bolsillo, es para una sociedad”.
De manera de ilustrar su concepto, Mattioli dijo “tengo un amigo en Argentina, que tiene muchos campos de recría, y él me decía somos millonarios que vivimos como pobres”. Desde su punto de vista, ese no sería el problema, “porque él eligió vivir así, pero tiene millones de dólares en campo y como de vez en cuando se junta con algún ternero y lo vende, ni él tiene buena calidad de vida, ni la gente que vive en su campo tiene buena calidad de vida”. En este sentido, consideró que los productores deberían plantearse objetivos altos y plantearse “optimizar la productividad y que nos duela lo que no producimos, como una responsabilidad social”.
Agregó que hay “establecimientos tan grandes, con un potencial económico tan brutal y de golpe son ineficientes y culpa de eso la gente que tendría que estar mucho mejor, el dueño primero, la gente que trabaja ahí adentro después, y el resto de la sociedad —que por derrame recibe algo de eso— no puede estar privándose de eso porque no te terminás de ordenar, a eso me refiero”.