Si China cumple con su objetivo de agregar 189 millones de personas a la clase media en el correr de la próxima década, seguirá creciendo su demanda por productos cárnicos, lácteos y hortifrutícolas, ya que su producción doméstica no podrá acompañar el aumento de la demanda. Por lo tanto, los volúmenes de importación de estos productos, así como sus precios, seguirán creciendo. Estas son las principales conclusiones de un informe dado a conocer esta semana por el Servicio Agrícola Internacional (FAS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en el que analiza el mercado de importación chino de productos agrícolas.
El reporte establece que se ha producido un drástico cambio en la composición de las importaciones chinas de alimentos. Hasta 2012 el crecimiento estaba dado por los mayores embarques de productos a granel (soja, maíz, entre otros) utilizados como insumo para la alimentación animal. Ese año se detuvo el crecimiento de la importación de esos productos (más allá de que, puntualmente, en este 2020 las importaciones de soja crecieron fuertemente debido a que está acopiándose ante eventuales problemas en la cadena de suministro determinados por la pandemia de Covid-19) y comenzaron a crecer las de productos dirigidos directamente al consumidor final, caso de carnes, lácteos, frutas y hortalizas.
En el caso de los vacunos el crecimiento desde 2012 ha sido exponencial, promediando 48% anual. Para los lácteos la situación es similar, fundamentalmente en el caso de fórmulas infantiles.
Pero, además, a China le queda mucho por crecer en estos rubros. Por ejemplo, el consumo per cápita de lácteos promedió 35 kilos por habitante en 2019. En la Unión Europea alcanza los 300 kilos.
Esta mirada de largo plazo no tiene en cuenta coyunturas como la de estos años en los que las necesidades de importación de carnes por parte de China se han visto aceleradas por la peste porcina africana, presionando fuertemente al alza los precios de importación. Por lo tanto, no quiere decir que las referencias de precios sean superiores a las alcanzadas en estos tiempos. Pero dan la tranquilidad en cuanto a que las necesidades, dejando de lado las coyunturas, seguirán una tendencia de crecimiento.