El mercado de haciendas gordas con destino a faena sigue estabilizado, pero con puntas que cuestan juntar.
La industria quiere pagar menos, el productor no lo acepta, pero la industria necesita faenar y el productor vender.
Parece sencillo, pero no lo es, debido a que esto lleva a que haya un permanente tire y afloje entre las parte, con los consignatarios haciendo malabares para poder hacer los negocios y encontrar un punto medio.
“Los negocios se terminan cerrando pero no con la fluidez de hace dos semanas” sostuvo un operador consultado por Tardáguila Agromercados.
Esto ha derivado en negocios que están un centavo o más por encima de lo que la industria ofrece y lo mismo para el productor, pero por debajo de lo que pretende.
Por estas horas es común que los negocios entonces se cierren en US$ 3,33 para el novillo gordo, que no hay mucho ya que el clima en los últimos 10 días castigó al ganado y también a las pocas pasturas que se lograron a principios del mes de setiembre.
Mientras tanto se consigue US$ 3,13 para la vaca y US$ 3,28 para la vaquillona.