Es usual que a la entrada del invierno los precios de la reposición se vean presionados a la baja. La menor oferta de forraje impacta sobre el equilibrio del mercado en favor de la demanda. Este año, los históricos precios del gordo permitían suponer un mercado de la reposición más demandado, con los recriadores interesados en contar con una mayor cantidad de bocas de manera de proveer a los corrales o invernadores de animales jóvenes y pesados para cubrir las necesidades de la industria, que paga precios más que compensatorios. Acelerar la recría implica inversiones en alimento que deben ser cubiertas por precios de venta más altos.

La oferta de las dos generaciones más jóvenes (terneros y novillitos 1-2 años) es algo inferior a la del año pasado, en el entorno de 80-100 mil animales menos. Con una oferta de reposición en moderado declive, la mayor demanda debería presionar al alza la relación de reposición, más allá de los altos precios del gordo. Sin embargo, no es lo que está sucediendo. La corrección a la baja en los precios del gordo en las últimas semanas está impactando fuerte sobre los de la reposición y la relación flaco/gordo tiende a recostarse nuevamente en el 1-1 en el que se ubicó en el segundo semestre del año pasado.

Los tan altos precios del gordo no están teniendo la repercusión que se esperaba sobre la reposición. Quizás, entonces, la demanda no es tan intensa como se suponía. Por un lado, de acuerdo con lo que dicen operadores del mercado, los verdeos vienen atrasados; por otro, la competencia de la agricultura por las mejores tierras —tal como sucedió el año pasado— le quita las mejores áreas de invernada a la ganadería, reduciendo la demanda por categorías jóvenes. El año pasado la superficie ocupada por cultivos de invierno (trigo, cebada y colza) había aumentado en unas 115 mil hectáreas a 631 mil. Para este invierno la expectativa es de un aumento del orden de las 90 mil hectáreas adicionales, fundamentalmente debido a la fuerte expansión de la colza.

Por lo tanto, en dos años salieron de la ganadería algo más de 200 mil hectáreas nada menos que en el invierno. Es lógico que esto impacte en la demanda.

Por otra parte, más allá de algunos barcos puntuales, la exportación en pie no presiona sobre los precios de la reposición, por lo que esta demanda adicional que fue tan importante en la formación del precio del ternero pocos años atrás no está teniendo incidencia.

Parece que la relación de reposición, al igual que el año pasado, jugará a favor de la invernada este invierno. Habrá que ver qué pasa en la primavera, cuando comience a haber una mayor oferta de forraje.