Desde Sial París.
“Los primeros días de la feria estuvieron intensos, luego fue decayendo un poco el interés”, dijo a Informe Tardáguila y Valor Agregado de Carve, Elizabeth Misa, directora de frigorífico Las Moras. Valoró como positivo el “paso adelante” que dio el INAC al presentar la certificación antideforestación para Europa, porque varios clientes estaban preocupados por este tema y consideró como “vital” que la próxima administración de gobierno siga trabajando en reducir los aranceles que paga la carne uruguaya.
En tanto, sobre la coyuntura del mercado local y el comportamiento de la faena, la empresaria consideró que “lo más importante es comenzar a cuidar la materia prima que tenemos, que es lo que hoy está corriendo riesgo. Si bien los corrales ayudan en el acelere (de la terminación), el corral no es para todos los productos ni para todos los mercados. Además, tampoco hoy tenemos un mercado tan amplio para colocar el corral, más allá de los tres o cuatro cortes de mayor valor”.
A su juicio, “hay que comenzar a discutir alguna forma de proteger a la materia prima que va a proveer a la industria nacional. Hoy tenemos una capacidad instalada de la industria de 3,3 millones de cabezas”, recordó. Añadió que en su caso hubo semanas este año donde no podía realizar ni dos o tres días de faena porque “no había materia prima para procesar”. Dijo que en su planta industrial trabajan unas 500 personas y más de 15 mil si se toma en cuenta a toda la industria. “El valor agregado industrial es algo bueno para el país, porque derrama en toda la sociedad. Tenemos que cuidar un poco más a la industria nacional y no hacer como siempre, que la dejamos morir”, reclamó.
Misa dijo que está de acuerdo en que “hay que proteger a la cría” en primer lugar, pero “no podemos descuidar al resto”. A su juicio, “ninguno de los actores de la cadena cárnica tiene la madurez para sentarse a dialogar” para regular la exportación de ganado en pie en Uruguay. “Lamentablemente la situación y la necesidad nos va a llevar a sentarnos a dialogar porque estamos corriendo un riesgo y no podemos hacer de cuenta que no pasa nada porque sí está ocurriendo. Está bien, los terneros nacen, pero no se quedan acá. No me voy a cansar de decirlo, estamos exportando nuestra genética, nuestros vientres: ¿hasta cuándo? ¿Hasta cuándo vamos a jugar a mirarnos el ombligo con la exportación en pie y no mirar a futuro qué va a pasar con la industria uruguaya en los próximos años?”, advirtió. La empresaria añadió que “le parece gracioso a veces cuando escucha que el “productor odia a la industria. Bueno, si tenés un producto que va a terminar ahí (por la industria), tenés un problema”.