“A mal comienzo, buen final”. A eso se estará aferrando el nuevo gobierno que, en su primer mes, le tocó lidiar con unas de las peores crisis de la era moderna, si no la peor. Más de 80 mil personas al seguro de paro, con ramas de actividad que pararon a cero, como el turismo y las tiendas, o a niveles mínimos, como los restoranes. Ocho veces más que un mes normal.
Las referencias del mercado, tanto indicadores globales, monedas, como materias primas, son otras, con muy escasas excepciones. El gobierno de Lacalle comenzó su gestión con un dólar a $ 39 y cerró marzo a $ 43, luego de haberse arrimado a un pico de $ 46. Buena noticia para el sector exportador, pero un claro síntoma de un país que se empobrece a la par de todos los exportadores de materias primas, ya sea economías emergentes (Brasil, por ejemplo) o desarrolladas (Australia).
El producto que sufrió un desplome más impactante en marzo fue el petróleo. Otra buena noticia para Uruguay. En este caso, a la menor demanda por la fuerte reducción del transporte se le sumó el conflicto entre Arabia Saudita y Rusia, con el reino aumentando fuerte la oferta de manera de volver negativa la ecuación de sus competidores, quienes trabajan a mucho mayor costo.
Pero más allá de esas dos repercusiones positivas, el panorama se ennegreció en unas pocas semanas, con la amplia mayoría de los precios de lo que Uruguay exporta con referencias más bajas. La excepción es el trigo, con un mercado internacional firme (en marzo la posición may-20 en Chicago aumentó 9%) debido a que muchos países intentan asegurarse el suministro de este alimento esencial, por si todo se sigue complicando.
El producto más afectado fue la lana. Materia prima sensible a la incertidumbre como ninguna otra, el Indicador de Mercado del Este en Australia se desplomó 21% en marzo.
A nivel de la ganadería de carne el novillo cayó fuerte, así como todas las otras categorías de ganado terminado, impulsando a la baja el precio de los animales de reposición más próximos al momento de faena, tanto novillos formados como vacas de invernada. La baja del novillo gordo en marzo fue de unos US$ 55 centavos por kilo carcasa, a la par de lo que bajó el novillo en el Mercosur. El Índice Faxcarne del Novillo Mercosur perdió US$ 50 centavos en marzo a US$ 2,50 el kilo carcasa.
Sin embargo, el precio del ternero hasta el momento tuvo una corrección mínima de no más de 2% mensual. Evidentemente, los productores observan la actual situación como una coyuntura que en el mediano plazo —cuando esos terneros sean novillos que se vendan a faena— se resolverá.
Por último, el precio medio de la leche en polvo entera perdió 6% en el acumulado de las dos subastas de marzo en la plataforma de la neozelandesa Fonterra. Habrá una nueva referencia el martes que viene.
El mundo observa estremecido la evolución del coronavirus. Las imágenes de Nueva York, la ciudad con más casos en Estados Unidos, son devastadoras. Cada vez es más generalizada la convicción de que esto va a llevar varias semanas más, quizás todo el primer semestre del año. Habrá que agudizar el ingenio para encontrarle la salida a decenas de miles de uruguayos que se quedaron sin ingresos.
Pero dentro de esta pesadilla, el sector agropecuario va a seguir produciendo y generando divisas para el país. Esta máquina no puede parar, el mundo necesita alimentos y Uruguay tiene todas las condiciones para elevar su producción. Será, como históricamente lo ha sido, el sector que haga levantar al país nuevamente cuando toda esta tormenta comience a quedar atrás.