Con el anuncio del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, de que comenzarán las negociaciones entre Uruguay y China para la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC), se abre un nuevo capítulo en la historia comercial del país. Se estará dejando atrás la inercia de irresolución del Mercosur y se sentará a negociar con la segunda principal potencia del mundo, quien es el destino de más de 30% de las exportaciones.
Para el sector primario es una excelente noticia. Sin dudas, la más trascendente de los últimos años. Ni que hablar en el caso de la carne vacuna. Quizás sea la instancia más importante —de prosperar— desde que se creó la categoría de libre de aftosa con vacunación en el ámbito de la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE).
Uruguay paga una tasa de 12% para ingresar productos cárnicos al mercado chino, al igual que los demás países del Mercosur. No es el caso de los de Oceanía, quienes tienen firmados desde hace varios años sendos TLC con China que, año a año, van reduciendo la tasa. Australia, por ejemplo, firmó el tratado sobre fines de 2015; en 2022 paga 2,4%, el año que viene 1,2% y a partir de 2024 la tasa queda en 0%. Nueva Zelanda paga 0% de arancel desde 2016. Más cerca, Chile también cuenta con un TLC con China e ingresa con sus carnes —lo poco que exporta— a 0%.
Uruguay aventaja a los demás países de la región en sus condiciones de acceso a varios mercados, pero estas se han ido achicando en los últimos años. Anteriormente era el único del Mercosur que llegaba con carne fresca a Estados Unidos y Canadá. Hoy también lo hace Brasil, Argentina vende a Estados Unidos y Paraguay está golpeando la puerta. Anteriormente los demás países regionales tampoco accedían a China y ahora lo hacen, aunque Brasil por el momento sigue impedido de exportar productos con hueso. A Uruguay le queda la ventaja de Corea del Sur y Japón, pero los vecinos también negocian para entrar.
Desde el punto de vista sanitario siempre hay para ganar, pero el partido, en cuanto al ingreso de divisas, ahora pasa por una mejor inserción en los países a los cuales ya se exporta. Ni que hablar que China es el más trascendente en este sentido.
Gonzalo Oleggini, experto en comercio internacional, en Valor Agregado, de radio Carve, dijo que usualmente las negociaciones por un TLC llevan un año y medio. Si eso se cumple, sobre principios de 2024 se podría estar firmando el acuerdo. Sería un hito para la producción primaria uruguaya. Y un gran punto a favor para el oficialismo en un año electoral.