Dentro  del periodo comprendido entre el 15 de diciembre de 2020 y el 15 de febrero de 2021, se registraron precipitaciones inferiores a lo esperado hasta los últimos días de enero lo que prolongo y acentuó la situación de déficit hídrico que se venía constatando, señala el informe de situación del Instituto Plan Agropecuario. Esto determinó que el MGAP extendiera la zona declarada bajo Emergencia Agropecuaria. A fines de enero y durante los primeros 15 días de febrero, la ocurrencia de precipitaciones cambió  el panorama en todo el país.  

Luego de las lluvias de los últimos días, las aguadas, mejoraron su caudal y aumentaron sus niveles, logrando una oferta suficiente para el abrevadero de los animales. 

Del desierto al verde esperanza

A consecuencia de la falta de lluvias y las altas temperaturas, el crecimiento de las pasturas naturales fue mínima, disminuyendo su calidad al comienzo del verano en gran parte del país. Esta situación había comenzado a revertirse en la región litoral norte en diciembre. Luego del comienzo de las lluvias, en todo el país los campos comenzaron a reverdecer, mejorando la oferta en cantidad y calidad, por lo que si las condiciones se mantienen, puede preverse un buen otoño. 

Los mejoramientos que cuentan con especies perennes, han rebrotado y su disponibilidad forrajera es alta; los que cuentan con especies anuales registraron una alta densidad de nacimientos luego de las precipitaciones. 

Fundamentalmente en la zona litoral, a pesar del año seco, las praderas se encuentran en buen estado, ofreciendo forraje de buena calidad. 

Muchos de los verdeos de verano no se pudieron sembrar debido al déficit hídrico y los que se sembraron, tuvieron dificultades para implantarse. Luego de las lluvias comenzaron a crecer aceleradamente, capitalizando también la nitrificación del suelo luego del período seco.  

Vacas con poco estado, pocas preñeces y continuación del entore

Las vacas de cría en general, ingresaron al periodo de entore con condiciones corporales bajas. Esto, sumado a la falta de forraje, derivó en que los vientres demoraran en presentar celo. Frente a ello, muchos productores tomaron medidas de manejo (control de amamantamiento, suplementación, destetes definitivos, etc.) para poder mejorar los resultados de preñez. Teniendo en cuenta que las lluvias estimularon los crecimientos de las pasturas, algunos productores están pensando en alargar los entores para mejorar los porcentajes de preñez. A diferencia del resto del país, en la zona litoral norte se espera que las preñeces sean buenas. 

Al igual que el resto de las categorías, el estado de las recrías es reflejo de la situación forrajera; su desarrollo es menor al esperado para la  época,  lo que se debe tener en cuenta pensando en su futuro reproductivo.