El analista Nouriel Roubini, célebre por haber anticipado el desplome que generó la crisis de Lehman Brothers, observa un panorama sombrío para 2022, con varios “nubarrones” que pueden echar por tierra la senda de recuperación observada en este año que termina.
“Aunque a las principales economías y mercados les fue bien en 2021 a pesar de todas las incertidumbres que rodean a las nuevas variantes del coronavirus, 2022 traerá nuevos desafíos. Además del cambio de los bancos centrales hacia la normalización de las políticas, los riesgos geopolíticos y sistémicos se están multiplicando”, dijo el economista.
Respecto a la pandemia y la irrupción de la variante ómicron, consideró que, aunque se dice que es menos letal, es más contagiosa, por lo que “las hospitalizaciones y muertes seguirán siendo altas”. Consideró que “la incertidumbre y la aversión al riesgo resultantes suprimirán la demanda y exacerbarán los cuellos de botella de la cadena de suministro”.
Con diversos grados de urgencia, los bancos centrales planean eliminar gradualmente las políticas monetarias no convencionales, como la flexibilización cuantitativa, para que puedan comenzar a normalizar las tasas de interés.
Para Roubini, “la determinación de los bancos centrales se pondrá a prueba si los aumentos de las tasas de política monetaria provocan perturbaciones en los mercados de bonos, crédito y acciones. Con una acumulación tan masiva de deuda pública y privada, es posible que los mercados no sean capaces de digerir los mayores costos de los préstamos. Si hay una rabieta, los bancos centrales se encontrarían en una trampa de deuda y probablemente cambiarían de rumbo. Eso haría probable un cambio al alza en las expectativas de inflación, y la inflación se volvería endémica”.
El especialista opinó que el próximo año también trae consigo crecientes riesgos geopolíticos y sistémicos. En el frente geopolítico, hay tres amenazas importantes a tener en cuenta.
Estas son, la creciente probabilidad de que Rusia invada Ucrania, la guerra fría entre China y Estados Unidos y la inminente conversión de Irán en un país con armas nucleares.
“El nuevo año también trae varias preocupaciones sistémicas. En 2021, las olas de calor, los incendios, las sequías, los huracanes, las inundaciones, los tifones y otros desastres dejaron al descubierto las implicaciones del cambio climático en el mundo real. La cumbre climática COP26 en Glasgow ofreció charlas en su mayoría baratas, dejando al mundo en camino de sufrir un calentamiento devastador de 3 ° Celsius este siglo. Las sequías ya están provocando un aumento peligroso en los precios de los alimentos y los efectos del cambio climático seguirán empeorando”, opinó Roubini.
Además, se refirió a los riesgos de los gobiernos populistas, tanto de izquierda como de derecha, que hacen más frágiles a sus economías y, por lo tanto, más propensas a sufrir el golpe de un aumento de la tasa de interés por parte de la Fed.
Roubini concluyó que “si los bancos centrales se mantienen en un modo de política no convencional, la fiesta podría continuar. Pero las burbujas de activos y crédito pueden desinflarse en 2022 cuando comience la normalización de las políticas. Además, la inflación, el crecimiento más lento y los riesgos geopolíticos y sistémicos podrían crear las condiciones para una corrección del mercado en 2022. Pase lo que pase, es probable que los inversores permanezcan en ascuas durante la mayor parte del año”.