TAPA

Por Alejandra Groba, desde Buenos Aires.

El fin del gobierno de Mauricio Macri a manos de un nuevo gobierno kirchnerista, conformado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, encuentra un país más complicado en materia macroeconómica, pero con un sector agropecuario mucho más desarrollado. Esto resulta importantísimo dado que es el sector que provee el 60% de las divisas por exportaciones (sin contar la pesca), en un país siempre necesitado de dólares porque es la única moneda en que la gente confía. De hecho, es el país con más cantidad de dólares per cápita fuera de Estados Unidos.

Fernández llega a la Presidencia con una cosecha récord de trigo, una buena siembra de soja y maíz temprano (aunque complicados por la fuerte sequía) y con exportaciones récord de carne en medio siglo.

Todo indica que perjudicar a este sector sería como dispararse en los pies. Sin embargo, los productores de granos y carne tienen mucha incertidumbre, por un lado, por la historia reciente del kirchnerismo, que no solo tuvo altos derechos de exportación sino también controles al comercio exterior que se otorgaban a dedo. Por otro, porque lo cierto es que el Gobierno necesita recursos, que el FMI le escatima y que Vaca Muerta, el otro posible proveedor de divisas, no se le dará en al menos unos años. Así, en general se da por hecho que aumentarán las retenciones que quitó y luego reimpuso Macri (aunque quedaron bastante licuadas con la devaluación), pero no está claro en qué proporción y de qué modo.

Por lo pronto, el área de Agricultura y Ganadería queda en manos de Luis Basterra, un hombre de perfil político, que conoce el sector y presidió la Comisión de Agricultura de Diputados, que no estaba entre los nombres más de perfil técnico que se barajaban hasta hace unos días. Si bien su nombramiento fue el último entre todos los ministros, la cartera no pasa por el momento a ser una Secretaría, como algunos especulaban. Basterra por ahora habló más de equidad social y territorial que de desarrollo productivo, pero indicó, en relación con la pregunta sobre las retenciones a las exportaciones, que “la relación con el campo va a ser de consenso y diálogo”.

Basterra es ingeniero agrónomo, se declara peronista, y, como dato de color, es vegetariano y no bebe vino, salvo excepciones, según el diario La Nación.