Aunque el exceso de agua sigue complicado a distintos sectores de la producción agropecuaria del país en lo que va de este otoño, el panorama podría revertirse en el corto plazo y pasarse al otro extremo. De acuerdo al último IRI Climate Forecast de junio de la Universidad de Columbia, las posibilidades de ocurrencia de un fenómeno La Niña (lluvia por debajo de lo normal) para el arranque de la primavera son elevadas. El modelo muestra una probabilidad (40%-45%) de lluvias por debajo de lo normal para el período julio-setiembre para el litoral oeste y centro de Uruguay, además de regiones del sur de Brasil, centro-norte de Argentina, y Paraguay.
Durante mayo de 2024, hubo un mayor debilitamiento de las temperaturas de la superficie del mar (TSM) en el Océano Pacífico ecuatorial centro-oriental en comparación con el mes anterior. Esto muestra el final de El Niño 2023/24 y el regreso del estado ENSO neutral en el Pacífico ecuatorial. Según el pronóstico ENOS del CPC de principios de junio, se emitió un aviso final de El Niño y una alerta de La Niña para el verano y el otoño boreal (invierno y primavera para el hemisferio sur).
Los pronósticos de precipitación estacional del IRI emitidos en junio de 2024 muestran elevadas probabilidades de precipitación por encima de lo normal en varias regiones durante las dos primeras temporadas del período de pronóstico (julio-septiembre y agosto-octubre de 2024), incluidas las regiones de América Central y el Caribe, Sahel, noreste de África y partes del suroeste de la Península Arábiga, el sur de Asia, las regiones del continente marítimo, partes de China y Australia.
Asimismo, el pronóstico muestra elevadas probabilidades de precipitaciones por debajo de lo normal en diferentes partes de América del Sur durante el período de pronóstico. “El cambio de las probabilidades hacia niveles inferiores a lo normal es particularmente fuerte en Uruguay y sus alrededores”, advierte el informe.
En cuanto a la temperatura, se pronostican probabilidades fuertemente aumentadas de temperaturas superiores a lo normal en la mayoría de las áreas terrestres durante el período de pronóstico (julio-agosto-setiembre).
En lo que respecta a un potencial impacto de una primavera más seca para Uruguay, los últimos datos de las cosechas de invierno han mostrado desempeños interesantes en materia de productividad para cultivos como trigo y cebada. En cambio, otros sectores como la ganadería o la lechería tendrían consecuencias más adversas por la menor cosecha de pasto para consumo directo o confección de reservas, por ejemplo.