Una campaña agrícola que no quiere terminar, otra que ya quiere arrancar. Las primeras encuestas realizadas en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) advierten que en el nuevo ciclo se sembraría “al menos” un 10% más de trigo en la región núcleo argentina. Mientras tanto, la cosecha sigue muy trabada y preocupa el clima húmedo: debería estar cosechado el 85% de la soja de primera y solo se avanzó un 45%. Es el mayor retraso en 9 años.
Las condiciones meteorológicas no ayudan, se esperaban chaparrones y tormentas para el pasado viernes. “Para lo que resta el mes, los pronósticos de corto plazo indican la probabilidad de algunas lluvias, aunque de acotada cobertura y corta duración”, dice el consultor Alfredo Elorriaga.
Los analistas de la BCR Marina Barletta, Florencia Poeta y Cristián Russo precisaron en el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) que la precampaña fina arranca con señales positivas. “Casi todos los técnicos coinciden en señalar una suba que oscila en el 10% respecto a la siembra del año pasado. En abril 2024 había desánimos, el Excel no ayudaba y la intención venía en baja. En cambio, esta vez el trigo se impone desde el arranque”, subrayaron, aunque aclararon que el escenario del 2024 cambió a las semanas: mejoró el precio del trigo, bajó la urea y las complicaciones para encarar el maíz—por la amenaza del Spiroplasma— terminaron inclinando la balanza a su favor. De esta manera se terminó sembrando en la 2024/25 un 28% más de trigo que en la 2023/24, o sea 1,28 millones de hectáreas.
Frente a las posibilidades de que la región núcleo se acerque o supere al récord de siembra del 2019/2020, los especialistas advierten que “falta mucho aún para poder asegurarlo”, pero aseguran que hay indicios positivos que permiten pensar en la posibilidad de que la actual campaña se acerque a las 1,8 M de ha sembradas en aquella vez o a las casi 1,7 M ha del 2021/22, cuando Argentina logró un récord productivo de trigo con 23 Mt.
“Entre lo que juega a favor del trigo este año hay que nombrar: excelentes reservas de humedad, los primeros rindes de la cosecha de soja de 2da que están sorprendiendo por sus buenos valores, un invierno que se proyecta “Neutral” en el Pacífico, la actual relación entre trigo/urea y los malos resultados que tuvo el maíz sobre todo en el NE de Buenos Aires”, detallaron.
Entre lo que amenaza al cultivo, aunque los márgenes son mejores que hace un año, los valores resultan ajustados y los rindes de indiferencia son ligeramente mayores. Por último, está incertidumbre con los precios de los fertilizantes fosfatados.
“Por ahora, con los datos de esta semana, la región núcleo sembraría 1,53 M ha de trigo. Pero hay otro dato que también podría modificar este guarismo y es que se están terminado de hacer trabajos satelitales que estarían mostrando que el año pasado se sembró más trigo del que se estimaba”, resaltaron.
Márgenes de la precampaña
Con los precios actualizados al 21 de abril, los números para la precampaña triguera muestran márgenes ajustados. El margen bruto —ingresos menos costos, antes de impuestos— se ubica en 185 US$/ha. Sin embargo, al computar los tributos, el margen neto en campo propio se reduce a 121 US$/ha. En cambio, bajo condiciones de alquiler, la renta es negativa: cae a -28 US$/ha.
Ahora bien, si se analizan los rendimientos de indiferencia y se los compara con el ciclo pasado, la tendencia es similar. En campo alquilado se necesitan 41 qq/ha (kg/ha 4.100) de trigo para empezar a generar una renta positiva; hace un año, esa cifra era levemente menor: 39 qq/ha (kg/ha 3.900). En campo propio, el umbral también se movió hacia arriba, pasando de 33 a 34 qq/ha.
El mayor peso en la estructura de costos sigue estando en los insumos. Se requieren 13,8 qq/ha solo para cubrirlos, de los cuales 10 qq/ha corresponden a fertilizantes (6 qq/ha son de urea, valuada en 530 dólares por tonelada). En el caso de los campos arrendados, a ese costo se le suma el valor del alquiler, que representa 9,8 qq/ha. Con márgenes tan ajustados, cada decisión técnica pesa, y el trigo vuelve a mostrar que es un cultivo de estrategia fina.
La relación trigo-urea mejora
En tanto, el precio de la urea se ubica en US$ 530 por tonelada, bastante por debajo del promedio de los últimos cuatro años, que alcanza los US$ 748. Esta baja mejora la relación de intercambio con el trigo, una variable clave a la hora de definir las dosis de fertilizante en la precampaña, indicaron desde la Bolsa.
“Hoy se necesitan 2,6 toneladas de trigo para comprar una tonelada de urea. La relación mejoró casi un 10% respecto a abril de 2024, cuando se requerían 2,8 toneladas del cereal. Frente al promedio de los últimos cuatro años, la mejora alcanza el 13%. ¿A qué se debe esta mejora? A que la reducción en el precio de la urea fue más pronunciada que la baja registrada en el valor del trigo. Hace un año, el fertilizante se cotizaba a 570 US$/tn —40 dólares más que ahora—, mientras que el trigo se pagaba 204 US$/tn. Hoy el cereal ronda los 207 US$/tn (al 21 de abril de 2025). De todos modos, los técnicos advierten que es clave seguir de cerca cómo evolucionan los precios internacionales de los fertilizantes. En un contexto global marcado por la incertidumbre, los costos pueden cambiar rápidamente y alterar los márgenes proyectados”, puntualizaron. Fuente: La Capital