Por Rafael Chans.
La última semana continuó mostrando una volatilidad importante en los precios en Chicago.
En el balance semanal, entre este último viernes y el de la semana anterior, los cereales vieron leves retrocesos en sus valores. La soja, por el contrario, tuvo leves avances.
El mercado sigue mostrándose en modo climático, intentando procesar la poca información disponible que va saliendo. De hecho, la información relevante es muy escasa y nadie de los analistas de EEUU parece querer arriesgar nada hasta tanto no disponer de más datos.
Lo poco que va surgiendo, da cuenta de las lluvias previstas en el corto y mediano plazo, como si algún día puntual para orear las chacras fuese suficiente para que haya piso y que las máquinas puedan entrar. Se trata de áreas que vienen siendo castigadas con lluvias desde abril y, con mayor vehemencia, desde mediados de mayo.
De todas formas, el mercado está en modo sensible por lo que cualquier información, por muy escasa que sea, sirve para que los operadores se dediquen a apostar fuerte y, en muchos casos, hacer diferencias de precios en la sesión nocturna, pudiendo hacer márgenes importantes solo en esa sesión, empezando los precios arriba y terminando abajo y viceversa.
En el mercado local, las primas empezaron a ampliarse a partir del lunes de la semana anterior, en muchos casos con la expectativa que tienen las multinacionales sobre las subas de precios en Chicago por lo motivos ya mencionados en otro artículo: tanto por el problema climático persistente, como por la expectativa de la reunión de presidentes en el G20.
Un acuerdo real que pudiese salir de esa reunión, necesariamente, debería implicar un aumento inmediato de los precios de los commodities más afectados por esta guerra comercial de más de un año, entre los que se incluye la soja (y derivados) y el maíz.
De ser así, cualquier aumento sostenido de estos precios, es probable que no sea acompañado por los precios locales en Uruguay, pudiendo estirarse el descuento cada vez más cuanto más subiese el precio en Chicago.
En caso de no llegarse a un acuerdo, es probable que el precio no suba en aquel mercado, por lo menos por este factor político. Después, dependerá de la evolución del clima para donde seguirá apuntando el valor de la soja y del maíz. Los informes trimestrales de producción de este viernes 28 (área sembrada actualizada e inventarios) podrían mostrar parcialmente la realidad, ya que tras el 1º de junio (fecha hasta cuando se tomaron los datos) mucha agua corrió bajo los puentes, sobre las carreteras y sobre las chacras.