El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos publicó su nuevo informe mensual con las estimaciones sobre oferta y demanda de granos y subproductos en el nivel mundial.
En general, el trabajo no ofreció datos sorpresivos para el mercado. Ni siquiera la reducción del área destinada a la soja logra quedar fuera de las posibilidades manejadas por los privados. Además, ese achique mínimo de superficie fue compensado por un rinde mayor al pronosticado en agosto, que ayudó a equilibrar la expectativa de cosecha, ahora estimada en 119,04 millones de toneladas, un volumen que superó los 118,08 del mes pasado, pero que quedó a tiro de los 119,12 millones previstos por los operadores en la previa del reporte oficial.
Quizás quede como símbolo –eventualmente alcista– de este nuevo trabajo el hecho de que la producción estadounidense de soja no logrará alcanzar los 120 millones de toneladas, un nivel psicológico que, de momento, volverá a ser objetivo para la próxima campaña.
La misma lógica aplica para el maíz, incluso pese al leve incremento del área que llegará a la cosecha y del rinde promedio, datos que dieron lugar a una estimación de producción de 380,93 millones de toneladas, que superó los 374,68 millones de agosto y los 379,54 millones calculados por los privados. El hecho de que en las ruedas previas los precios del maíz cayeron por la presión de la cosecha y por la expectativa de un volumen mayor al previsto en agosto, hoy le resta poder sobre las pizarras al nuevo informe mensual y a las cifras de producción y de existencias en alza. Ambas opciones ya estaban incluidas en el nivel de precios.
Como dato a destacar del espacio del maíz, el aumento de 51 a 53 millones de toneladas del volumen previsto para la nueva cosecha argentina 2021/2022, con un cálculo para las exportaciones elevado de 36 a 38 millones de toneladas.