Con mucha incertidumbre. Esa es la forma en la que operadores y productores resumen a la situación previa al comienzo de la cosecha de la soja de primera, que ha tenido un desarrollo dispar, siempre dependiendo del comportamiento de las lluvias.
En algunas zonas, hay productores optimistas, que preparar sus campos para comenzar las trillas con un potencial estimado en 4.500 kilos por hectárea, lo que sería algo muy lejano a lo que se estima como rendimiento promedio nacional.
A nivel de Soriano, las lluvias fueron puntuales, pero en momentos necesarios para el desarrollo de los cultivos, mientras que en departamentos como Río Negro, la situación es distinta, ya que los campos recibieron buenos niveles de precipitaciones hasta enero, donde se cortaron y complicaron una etapa fundamental del último tercio del desarrollo del grano.
Pese a esto, el escenario final se verá con los granos en los camiones, que pese al impacto negativo del Coronavirus, se aprontan, mueven la economía de los pueblos, porque kilos más, o kilos menos, hay muchos granos para transportar a partir de esta semana, cuando empiecen los primeros campos a ser cosechados.