La Unión Europea y el Mercosur alcanzaron un acuerdo de libre comercio el pasado 28 de junio, concluyendo así con dos décadas de negociaciones, mostrando su disposición para la apertura de mercados en tiempos de proteccionismo creciente.
Los países del Mercosur y de la UE formarán así una de las mayores áreas de libre comercio del mundo, a partir del acuerdo anunciado este viernes 28 de junio, en Bruselas. Los dos bloques representan, sumados, alrededor de 25% de la economía mundial y un mercado de 780 millones de personas. Se espera que, una vez entre en vigencia, el acuerdo dé un fuerte impulso al comercio entre ambos continentes.
El tratado de libre comercio eliminará las tarifas de importación para más de 90% de los productos comercializados entre ambos bloques. Para los productos que no verán eliminarse los aranceles, se aplicarán cuotas preferenciales de importación con aranceles reducidos. El proceso de eliminación de tarifas varía de acuerdo con cada producto y podría llevar hasta 15 años, a partir de la entrada en vigor del acuerdo intercontinental.
Tras veinte años de negociaciones todavía falta un largo camino para que el acuerdo entre el Mercosur y la UE entre en vigor, formalmente. Esto se debe a que el mercado tratado precisa ser ratificado e internalizados por cada uno de los estados integrantes de ambos bloques económicos. En la práctica significa que el acuerdo tendrá que ser aprobado por los respectivos parlamentos y gobiernos nacionales de los 31 países involucrados, un trámite que llevará años y puede enfrentar resistencias internas.
Para los países del Mercosur, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (Venezuela se encuentra suspendido) el acuerdo prevé un período de más de diez años para la desgravación arancelaria en aquellos productos más sensibles para la competitividad de la industria europea. En el caso de la UE, la mayor parte de los impuestos a la importación serán eliminados tan pronto como entre en vigor el tratado.
Las dos regiones lanzaron las negociaciones hace exactamente veinte años, intensificando los esfuerzos por alcanzar un acuerdo tras el enfriamiento de las relaciones comerciales entre la Unión y EEUU, tras la victoria electoral de Donald Trump en noviembre de 2016. Esto reforzó la necesidad de Europa de buscar nuevos socios comerciales.
Al mismo tiempo que la cumbre del G20 se llevaba adelante en Osaka, Japón, la comisario comercial europea – Cecilia Malmstrom – comentaba en conferencia de prensa que el acuerdo enviaba un mensaje ‘’fuerte y claro’’ en apoyo al libre comercio.
El principio del alejamiento de la Unión Europea con EEUU vio sus primeras muestras a partir del acuerdo firmado de los europeos con Canadá, así como alcanzó acuerdos con Japón y México y ahora, tras 40 rondas de negociaciones, alcanza un acuerdo con el Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Para el Mercosur, la UE es el primer socio principal con el que consigue un acuerdo comercial. La UE ya es el mayor socio comercial del Mercosur así como su principal inversor y su segundo mayor socio para el comercio de bienes.
En cuanto a la reducción arancelaria, éste podría ser el acuerdo más lucrativo al día de hoy, lo que significaría ahorros de E$ 4.550 en aranceles de importación para los bienes europeos. Esto significa más de cuatro veces el equivalente al acuerdo con Japón.
Europa tiene su objetivo en ganar acceso a mercados para sus empresas de productos industriales, particularmente automóviles para los que los aranceles son de 35%. Asimismo, busca habilitar a sus empresas a competir en licitaciones públicas, así como poder colocar más vino y quesos. El Mercosur procura, por su parte, aumentar la exportación de productos agrícolas a la Unión Europea.
Brasil sostuvo que el acuerdo eliminará aranceles de importación para un gran número de productos agrícolas, incluyendo jugo de naranja, café instantáneo y frutas frescas. Además, permitirá acceder a una nueva cuota para carne de 99 mil toneladas a un arancel de 7,5%, en un cronograma de cinco años. Asimismo, se abren cuotas libres de aranceles para 180 mil toneladas de azúcar y de carne aviar, respectivamente.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, manifestó en Twitter que el acuerdo es ‘’histórico’’ y que ‘’se trata de uno de los acuerdos comerciales más importantes de todos los tiempos’’. También de ‘’histórico’’ calificó el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, mientras que el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, lo catalogó de ‘’el mejor acuerdo del mundo’’.
Los plazos pasados fueron y vinieron ante la posición intransigente de Europa respecto a las importaciones de carne, así como ante las dudas del Mercosur sobre la apertura a sectores industriales, como el automovilístico.
Por el lado europeo, el acuerdo todavía enfrenta desafíos antes de entrar en vigencia, ya que se necesita que sea refrendado, tanto en los países de la UE como en el Parlamento Europeo.
Francia y otros países de la UE temen por el impacto de un fuerte aumento en las importaciones de carne vacuna, al tiempo que los grupos ambientalistas, de fuerte influencia en el nuevo Parlamento Europeo, argumentan que el acuerdo podría acentuar la deforestación.
Ambos bloques firmantes sostienen que están comprometidos a implentar el acuerdo de cambio climático de París y que un capítulo especial sobre desarrollo sostenible cubrirá aspectos tales como la conservación forestal y derechos laborales.
El comisario agrícola de la UE, Phil Hogan, dijo que reconoce las preocupaciones de los agricultores, incluyendo los de su país Irlanda, pero que los acuerdos de libre comercio firmados por el bloque representan apertura de mercados para los agricultores europeos.
En base a Daily Telegraph y a Noticias Agrícolas