Presionados por las condiciones de sequía en América del Sur, los precios de la soja y el maíz comenzaron la última semana del año con una fuerte tendencia alcista. El contrato de julio de 2022 de la soja —la referencia de la próxima cosecha— cerró ayer a US$/t 508, el valor más alto desde el 11 de junio.
La Bolsa de Cereales de Rosario dijo que la soja culmina con fuertes ganancias superiores al 2% y acumula ya nueve jornadas consecutivas al alza en las que trepó en conjunto más de US$/t 45. La persistencia del clima con temperaturas muy elevadas y ausencia de precipitaciones en algunas regiones de Sudamérica es el principal factor que explica las subas.
Lo mismo sucedió con los futuros de maíz, que ayer cerraron nuevamente con alzas y tocaron un nuevo máximo en casi seis meses. Al igual que en las ruedas previas, el clima en Sudamérica es el principal motivo que explica estas subas. Las elevadas temperaturas y la ausencia de precipitaciones que afectan al sur de Brasil y a gran parte de las zonas productivas en Argentina generan preocupaciones acerca del desarrollo de los cultivos y apuntalan los precios.
No sucedió lo mismo con el trigo que cerró con caídas, presionado por cuestiones técnicas luego de haber iniciado la jornada al alza. Además, un menor volumen operado de lo normal causa movimientos en los precios del cereal mayores a lo usual. De todas maneras, los futuros recibieron sostén por las expectativas de una mayor demanda externa luego de que Irak realizara una oferta de compra en la semana previa y que otros de los principales importadores se sumaran al mercado.