El Ing. Agr. (PhD.) Alejandro García, investigador del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), participó del programa “En dónde estamos” de Radio Nacional, donde dialogó acerca de las malezas, cómo afectan la producción de alimentos y de qué manera se las puede manejar. En este sentido, se refirió a los herbicidas y señaló que los problemas que generan en general tienen que ver con su “mal uso y no con su toxicidad”, y que, “si bien se los asocia a grandes empresas, tienen un componente social”, ya que aportan a la calidad de vida de los agricultores.

Desde el punto de vista técnico, el experto en manejo de malezas en sistema agrícola-ganaderos explicó que son vegetales que compiten contra lo que el hombre quiere producir. “Esto viene desde que el ser humano plantó un cultivo por primera vez y se dio cuenta que si crecía otra cosa a la par —las malezas—, obtenía menos alimentos, fibras y medicamentos. Por eso intentó manejarlas”, señaló.

Por mucho tiempo la manera de controlarlas era quitándolas a mano o con herramientas rudimentarias, lo que requería mucho tiempo, esfuerzo y mano de obra. Ante esto, se comenzaron a estudiar opciones de manejo y a buscar alternativas que implicaran menor trabajo, y más y mejor producción. En ese contexto se desarrollaron los herbicidas.

“Las malezas son el principal problema que enfrenta la agricultura. Cómo manejarlas es el tema que se lleva la mayor cantidad de dinero y recursos. Una de las soluciones que ha tenido más impacto ha sido el desarrollo de productos herbicidas. Antes se sacaban con la mano y con herramientas, y en un punto el ser humano desarrolla esta alternativa que se tornó muy importante y facilitó mucho el trabajo”, explicó el experto.

En esta línea, cuestionó la idea de que los herbicidas son un tema empresarial y subrayó el impacto que tienen en la calidad de vida de los productores. “Muchas veces las personas asocian a los herbicidas con la agricultura empresarial y olvidan el componente social, de cómo facilitaron la vida del ser humano. Hay que ponerse en el lugar de un productor chico que tiene que sacar las malezas sin ayuda de herbicidas, cuadruplicando esfuerzo y tiempo que no puede dedicar a mejorar su negocio o a su familia”, enfatizó.

A pesar de las ventajas que ofrecen, García no negó los impactos negativos de los herbicidas, que los asoció mayormente al mal uso y no a su toxicidad. “Siempre que uno va a producir en la tierra genera un impacto. El secreto está en que ese impacto afecte mínimamente el medioambiente y la salud humana, y permita sostener la actividad. En el caso de los herbicidas, la mayoría de los problemas que presentan, de acuerdo con los conocimientos que tenemos, son por el mal uso que se les da en determinadas situaciones, no por su toxicidad. Más allá de que siempre estamos haciendo ajustes en base a los datos”, expresó.

En este sentido, valoró el debate que se genera en torno a este tema, que entiende debería basarse siempre en fuentes confiables, y recalcó el compromiso de la ciencia. “Es importante que la ciudadanía sea consciente de que los científicos estamos permanentemente monitoreando y buscando la mejor forma de producir. Cuando proponemos tecnologías es porque tenemos datos que respaldan su uso y porque, hasta el momento, no hay información que muestre que generan un daño irreparable”.

Entre las acciones promovidas por INIA, mencionó el manejo integrado de malezas, que contempla múltiples herramientas, como el rolado, la implementación de ciertos cultivo y también químicos. Para explicarlo utilizó una metáfora. “Para dar un gran mazazo a las malezas, el martillo grande serían los herbicidas. Con el manejo integrado, en vez de usar un único y gran martillo, usamos varios martillitos que le pegan de distintas maneras. Lo ideal es que el químico sea parte de la estrategia, pero no la única”.

“Los productores y los investigadores somos parte de la sociedad y qué más queremos que producir de una forma rentable y sostenible. Por eso desde INIA estamos trabajando permanentemente para cumplir ese objetivo”, concluyó.