Luego de seis semanas positivas seguidas, la soja terminó el segmento comercial con bajas en Chicago la pasada semana, provocadas por las muy buenas condiciones ambientales para el avance de una cosecha estadounidense que será récord histórico. En cambio, hubo subas para el maíz y para el trigo, en un contexto mundial donde cae la oferta de otros proveedores.
Los contratos noviembre y enero retrocedieron un 2,63 y un 2,49%, al pasar de 391,60 a 381,31 y de 397,93 a 388,01 dólares por tonelada. Por su parte, la soja mayo 2025 cerró la semana en US$/398, lo que deja una referencia local sobre unos US$/t 370.
El lunes pasado el USDA relevó el avance de la cosecha estadounidense sobre el 26% del área apta, contra el 13% de la semana anterior, el 20% de igual momento de 2023 y el 18% promedio para el segmento 2019/2023. El dato oficial quedó por encima del 24% previsto en promedio por los privados. En Illinois, el principal Estado productor, las labores progresaron sobre el 24% del área, adelantadas frente al 15% del año anterior. Además, mantuvo en el 64% la proporción de plantas en estado bueno/excelente, en línea con lo que esperaban los operadores y arriba del 52% de igual momento de 2023.
El martes la consultora StoneX estimó el volumen de la producción 2024/2025 de soja estadounidense en 125,55 millones de toneladas, con un rinde promedio de 35,98 quintales por hectárea (kg/ha 3.598), por encima de las cifras récord de 124,81 millones y de los 35,78 quintales proyectadas por el organismo en septiembre.
Durante la semana, Brasil fue tanto un factor de sostén para los precios como un fundamento bajista. Esto último hacia el cierre del segmento. En efecto, luego de algunas lluvias irregulares sobre el centro del país, que es la zona que más humedad demanda para la normalización de las tareas de campo, los pronosticadores de organismos de Brasil y de Estados Unidos auguraron que hacia la mitad de la nueva semana se iniciaría un ciclo de lluvias que podría comenzar a dejar atrás el tiempo seco predominante en la región en los últimos tres meses. Dada la capacidad logística que tiene Brasil para optimizar los buenos días para las labores agrícolas, el mercado reaccionó a esos pronósticos en forma bajista. Fuente: Granar Research