El pasado 17 de julio en sede de Facultad de Agronomía, se presentaron los resultados de la investigación que se realizó en el marco de convenio entre INIA, la Dirección General de Desarrollo Rural del MGAP y Facultad de Agronomía de la Universidad de la República. En el marco del convenio firmado entre INIA y DGDR y en articulación con Facultad de Agronomía (FAGRO) de la UdelaR, y las Intendencias Departamentales de Canelones, Maldonado y San José, se propuso realizar un trabajo de investigación en el cultivo de cáñamo para producción de flores deshidratadas.

De acuerdo al trabajo, en Uruguay se produjo una caída significativa de superficie y empresas vinculadas al sector del cáñamo entre la primera y la segunda zafra. Las causas se vinculan a problemas en la comercialización, y a la reducción significativa de los precios de venta. Esta tendencia empezó a observarse en anteriores, pero hizo crisis en la comercialización de la zafra 2021/22. También se registró una alta proporción de descartes por no llegar a la calidad exigida por los mercados, lo que redujo el valor del producto y los porcentajes comerciales. Desde el 2018 al 2022 se pasó de 0 a 12.000 kg de flores no psicoactivas exportadas. Entre 2021 y 2022 se redujo 35% el valor exportado debido principalmente a una caída significativa de los precios de venta (Uruguay XXI, 2023). Esta situación también se refleja en la percepción de los empresarios, quienes identifican a la comercialización como el principal cuello de botella para el desarrollo del rubro.

La mayoría de los predios plantaba una superficie a campo menor a 1 ha. Sin embargo, algunas empresas plantaron más de 15 ha a campo en la zafra 2021/22. En el caso de las empresas que realizaron cultivos en invernáculo, la mayoría cultivó una superficie entre 501 y 1.000 m2. En la zafra 2022/23 todas las empresas cultivaron menos de 2 ha de cáñamo a campo y menos de 1000 m2 bajo invernáculo, mostrando una reducción de la superficie promedio por productor de la primera zafra a la segunda.

En la producción de flores no psicoactivas en Uruguay con producción a campo en la zafra 2021/22 convivieron empresas de pequeño porte (menores a 1 ha) con empresas de gran porte (15 ha). Esta situación cambió en la zafra siguiente, donde el tamaño de empresas se redujo significativamente (todas menores a 2 ha). Este cambio tiene que ver con la coyuntura comercial que generó una retracción en el rubro en Uruguay. En invernadero, las áreas por empresa no superaban los 2.000 m2 en ninguna de las dos zafras, la mayoría con superficies de cultivo entre 501 y 1.000 m2.

En la zafra 2022/23, 5 de los 10 productores explotaban la superficie bajo propiedad conformando un área de 5,5 ha de cultivo, 4 predios cultivaron en tierra arrendada un área de 2,2 ha de cannabis y un predio en forma de comodato cultivó 1 ha. Solamente 3 productores tenían como principal fuente de ingreso dicho cultivo. Todos los productores manifestaron tener experiencia previa en el cultivo de cannabis.

Intensivo en mano de obra

En 2023 el sector del cannabis empleó a 900 personas de manera directa en 102 proyectos, según Uruguay XXI. Es un rubro con alta demanda de mano de obra. Esto se comprobó en este estudio donde la mayoría de las empresas contaba con personal permanente contratado, más la contratación de personal jornalero para tareas como cosecha y acondicionado de las flores. Entre el 59 y 50% (zafra 2021/22 y 2022/23, respectivamente) de los predios realizó el secado de flores en los propios predios, en cambio entre un 32 y 38% contrató servicios especializados para el secado. Esto es de remarcar, ya que el 27% de los productores indicaron el secado y poscosecha del producto como limitantes principales para el desarrollo del rubro, lo que puede asociarse a condiciones deficientes para el secado que limitan la obtención de producto que llegue a los estándares de calidad exigidos por los mercados.

El estudio reveló una importante variabilidad de rendimiento entre predios de la zona sur del país, con valores entre 200 y 1.684 kg/ha en cultivos a campo y 64 a 2.124 g/m2 en condiciones de invernáculo. Esto indica que hay un amplio margen para mejorar el rendimiento en los predios. Los mayores rendimientos fueron obtenidos en los cultivos con mayor densidad de plantación y mayor fracción PAR interceptada a inicio de cosecha, es decir con mayor desarrollo de follaje por superficie antes de empezar la cosecha.

Dentro de los problemas que fueron jerarquizados por los productores para el desarrollo del rubro en el país se destaca la comercialización y los mercados. Esto fue mencionado en primer lugar por 16 de los 22 productores entrevistados en 2021/22. Esta limitante es seguida de dificultades para el secado y la poscosecha, problemas sanitarios durante el cultivo y limitado acceso al conocimiento y capacitaciones. Con respecto a los problemas sanitarios se destacó la incidencia de hongos en la etapa de floración.