Entre el avance de la cosecha -venía muy bien hasta que las últimas lluvias la demoraron en varias regiones-, las complicaciones por municipios y provincias que trabaron el paso al transporte de cargas y una ola de solidaridad desde diversas entidades, instituciones y productores para enfrentar la pandemia por el coronavirus en la Argentina, se sigue trabajando en los campos.
Así, con este trasfondo, y siguiendo protocolos para evitar la propagación de la enfermedad, transcurrió esta semana para el campo. Una postal impensada se repitió: carteles en cabinas de tractores y cosechadoras indicando que allí solo puede estar el operario, preservación de distancias, desinfecciones y hasta algunos maquinistas transitando los lotes con barbijos para extremar recaudos. En Armstrong, por ejemplo, Carlos Esteban Strólogo aplicó varias medidas precautorias en esa línea.
En muchas zonas, quienes estuvieron con la soja de primera, la decisión fue recolectarla y embolsarla. La incertidumbre en torno del transporte y la estrategia de almacenarla en pos de aguardar mejores precios se impusieron. "Estamos dando prioridad a la soja y embolsando todo en silobolsas", contó Juan Pablo Iole, asesor de productores en el sudeste cordobés.
Según dijo, se están consiguiendo por el momento máquinas para hacer el embolsado, pero señaló que hay una alta demanda. En materia de rindes, se estaban obteniendo productividades entre un 5 y un 10% por debajo del año pasado. Los motivos de la baja tienen que ver con que faltó un poco de agua en el llenado -hay granos chicos- y también se registraron temperaturas muy bajas en ese período.
Ioele afirmó que se están siguiendo protocolos y recaudos, entre otros que en las cabinas de las máquinas solo vaya una persona.
En la zona de Bragado, esta semana las cosechadoras marcaron rindes de unos 4500 kilos por hectárea, por encima de los 4200 a 4300 kilos para esta época el año pasado
FUENTE LA NACION