En la propia estancia y dando comienzo a su zafra de reproductores, la cabaña “La Empastada” de Javier y Carolina Filliat, colocaron el 100% de la oferta, tanto de los toros como de las hembras. Al comienzo de las ventas, Beno Bustingorri, de la cabaña argentina San Patricio, hizo referencia al trabajo que se realiza para la selección de los toros en el sistema Bredplan, del cual participa la cabaña uruguaya.
El cabañero argentino en principio dijo que “como argentino, la verdad que nos gustaría llegar a lo que ustedes llegaron, para nosotros es una sana envidia que sentimos por lo que han logrado en este país y con la ganadería”. Sobre el grupo “Angus Argentina Bredplan”, indicó que está integrada por 25 cabañas de las cuales 23 son de su país y dos son uruguayas, destacando el esfuerzo y la dedicación de la familia Filliat en su trabajo de selección en Uruguay.
Sobre los datos brindados en los catálogos de la oferta de toros, dijo que se realizan mediciones y registros de datos desde el nacimiento del animal hasta la venta, enviándose esa información a Australia donde “con un sistema de informática muy avanzado, nos devuelven la información que nos dice cuáles son las características que van a transmitir los toros que ustedes están comprando y llevando a vuestros rodeos”.
Además, resalto la utilización de “puentes genéticos” que son “animales que compartimos entre todas las cabañas” por lo que la oferta de La Empastada comparte muchos de los padres que se utilizan en Argentina en la actualidad. Entre ellos destacó “Malal”, un toro colorado de la cabaña Casamú, “un toro que estamos usando mucho en Argentina, que tiene más de 1.000 crías y es un toro que tiene una exactitud muy alta”.
En la pista de ventas, la oferta de los 58 toros se comercializó de forma fluida, prácticamente ningún toro se vendió por primera oferta, con demanda desde distintos puntos del país. La subasta bajó el martillo del escritorio Víctor Velazco dejó un máximo de US$ 5.160, un mínimo de US$ 2.040, y un promedio de US$ 3.401.
Por su parte, los vientres preñados SA ofertados al cierre de la subasta, se comercializaron entre US$ 1.080 de máximo, US$ 840 de mínimo y con un promedio de US$ 870.