El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) presentó una actualización de las normas de acondicionamiento con la que se incluyeron nuevas exigencias que tienen como principal objetivo reducir la contaminación del lote.
Ignacio Abella, integrante del SUL, dijo que son cuatro las nuevas exigencias.
Con el crecimiento de las razas carniceras se generan algunos problemas por el aumento en la cantidad de fibras meduladas, las cuales tienen problemas al teñido. Por lo tanto, se recomienda esquilar a lo último eses lote y embolsarlo aparte.
Anteriormente se establecía que cuando los vellones de baja calidad superaran el 30%, no se debería acondicionar el lote. Esta exigencia es levantada, ya que en ciertas circunstancias no se puede saber de antemano si se superará ese umbral. Con este cambio crece la importancia de realizar un completo romaneo del lote, describiendo con exactitud el contenido de cada uno de los bultos, ya sea fardos o bolsas.
La máquina deberá informar la causa de la aparición de vellones de baja calidad. En los casos en que aparezcan vellones B o I, informar si esto se debe a un problema de resistencia, color, largo de mecha, o la causa que sea.
Se retirarán del vellón A los pedazos con lanas pintadas, los que se ubicarán en los bultos que contengan puntas quemadas. Se recordó, a este respecto, que esta nueva exigencia no afectará el pago del lote, que seguirá siendo 90% vellón y 10% subproductos.
La zafra pasada 48% de la lana fue esquilada con grifa verde en tanto que se estima que otro 15% se hizo con grifa celeste. Se produjeron unos 24 millones de kilos.
Para la zafra actual la expectativa es que la producción sea similar, dado que por un lado las lanas están algo más “lavadas”, pero por otro se percibe un aumento en la cantidad de capones —por los buenos precios recibidos por las lanas Merino— y por otro hubo cierta retención de vientres que impactó en una reducción en la faena de ovinos en el último ejercicio agrícola.