El USDA proyecta una leve recuperación en la producción australiana de leche para 2026, pero una caída en las exportaciones de leche en polvo entera y una estabilidad en la descremada, lejos de los máximos históricos.
Australia alcanzaría en 2026 una producción de 8,55 millones de toneladas de leche, equivalentes a unos 8.300 millones de litros, de acuerdo al último informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Esta cifra representa un crecimiento de 0,6% frente a la estimación para 2025, consolidando una segunda suba anual consecutiva luego de varios años de caídas.
La expansión productiva se apoya en una mejora de las condiciones climáticas, con lluvias beneficiosas en primavera y una mayor disponibilidad de pasturas y forrajes. También influyen las buenas condiciones económicas para los productores, con márgenes positivos que impulsan la eficiencia y el potencial productivo por vaca.
El USDA estima que stock lechero se mantendrá relativamente estable en 1,35 millones de vacas, mientras que la producción por animal podría alcanzar niveles récord. Este rendimiento se explica, en parte, por el uso más intensivo de suplementos concentrados y una mejor gestión nutricional.
Menor oferta exportable de leche en polvo
En el plano comercial, el organismo proyecta una leve caída de las exportaciones de leche entera en polvo (WMP), que pasarían de 52.000 a 45.000 toneladas en 2026 (-13%), mientras que las ventas al exterior de leche en polvo descremada (SMP) se mantendrían estables en 150.000 toneladas, alineadas con el promedio de los últimos diez años pero lejos del pico de 253.000 toneladas registrado en el año 2000.
Las exportaciones de queso, por su parte, se estiman en 160.000 toneladas, con un leve repunte respecto a 2025. En este rubro, Japón se mantiene como el principal destino de la industria australiana, seguido por Corea del Sur, China y Estados Unidos.
Finalmente, el informe prevé que el consumo interno de productos lácteos permanezca estable, con una preferencia creciente por productos de mayor valor agregado, como yogures, quesos finos y productos funcionales.
