El índice de precios de los productos lácteos de la FAO ha experimentado una disminución en junio, marcando un promedio de 116,8 puntos, lo que representa una caída del 0,8% en comparación con mayo y un descenso significativo del 22,2% en relación con el año anterior. Este retroceso se debe principalmente a la baja en los precios internacionales del queso, debido a las amplias disponibilidades exportables, especialmente en Europa occidental, donde la producción láctea ha experimentado un aumento estacional, mientras que las ventas minoristas han sido moderadas.
En este contexto se ha observado una ligera disminución en los precios de la leche en polvo entera, debido a la reducción en las importaciones por parte de los compradores de Asia septentrional y al incremento de la oferta, especialmente en Nueva Zelanda. Sin embargo, los precios mundiales de la mantequilla han experimentado un aumento debido a la activa demanda de suministros al contado, principalmente en Oriente Medio, y al aumento de las ventas minoristas en Europa occidental. Por otro lado, los precios de la leche desnatada han aumentado ligeramente debido al incremento en las importaciones para satisfacer las necesidades a corto plazo y ante la preocupación por la oferta en los próximos meses durante la fase de descenso estacional de la producción en Europa occidental.
Si se analiza el valor promedio del primer semestre de cada año en el índice de precios de los lácteos de la FAO en los últimos 24 años (2000-2023), se puede observar que 2022 tuvo el índice más alto en los últimos 8 años, mientras que enero de 2023 alcanzó el nivel más alto después de 2008 y 2015. Aunque el promedio de los primeros seis meses de 2023 ha disminuido en comparación con 2022, sigue estando por encima de los valores de los siete años anteriores (2015-2021). Sin embargo, es importante destacar que esta tendencia podría cambiar si continúa la caída en los precios en el segundo semestre del año.