El veterinario y cabañero floridense, Martín Gurgitano, habló con La Lechera sobre por qué decidió incursionar en el sistema de cama caliente en su tambo y de cómo ve el negocio de la lechería actualmente.
La cabaña El Grillo tiene una historia larga en la lechería y genética lechera. ¿Hace cuánto la familia está en el sector lechero?
Hace 60 años que se produce leche en el establecimiento. Además de leche, comercializamos genética, sobre todo toros y vaquillonas preñadas para otoño en un remate anual que hacemos en abril de cada año. Desde la década de 1970 se realiza inseminación artificial con toros destacados a nivel mundial de manera ininterrumpida. En la década de 1980 se empezó con los trasplantes de embriones de vacas de nuestras mejores familias y también de vacas importadas de EEUU y Canadá. En los últimos tiempos hemos implementado la técnica de fertilización in vitro y también los análisis genómicos para estar a la altura del avance genético mundial. Durante estos 60 años de actividad, han pasado muchas personas que han sido fundamentales para los equipos de trabajo en estas seis décadas.
¿Cómo surgió la posibilidad de introducir la cama caliente?
Surgió porque entendemos que tenemos que buscar alternativas diferentes que mejoren la rentabilidad. Creemos que una producción sostenida de las vacas durante todo el año es muy importante para darle equilibrio a nuestro sistema. Buscamos aprovechar al máximo todos los kilos de materia seca producidos y, por lo tanto, hacer más eficiente la conversión de alimentos a sólidos de leche.
Pensamos que tenemos un potencial genético en nuestras vacas que en este sistema van a hacer la diferencia, ya que le vamos a dar condiciones para que expresen el mismo y, de esa manera, lograr esa estabilidad de producción. Es el primer tambo con cama caliente que se instala en Florida. Pienso que es una alternativa para todos los productores, independientemente de su escala. Como muchas veces el área es una limitante para crecer y aumentar la producción, creo que pueden surgir más camas calientes en el departamento.
¿Qué resultados vienen obteniendo hasta ahora bajo ese nuevo sistema?
Estamos en una etapa de aprendizaje, de adaptación. Hace apenas un mes y medio que entraron las vacas al galpón; igual, fueron las que se adaptaron más rápido. Hoy tenemos 230 vacas encerradas que están promediando 41 litros de leche/día, están muy cómodas, caminan poco, tienen agua y comida a disposición y realmente disfrutan del confort que se les trata de brindar. El resultado global creo que lo deberíamos medir en un lapso mayor de tiempo.
Estamos en una etapa inicial, en una etapa de cuidar rutinas, de estar atento a los detalles de manejo, sobre todo de la cama, para que realmente todo funcione a la perfección. Sí te puedo comentar que además del aumento de la producción individual hemos visto beneficios en forma indirecta, como por ejemplo una mejora en la condición corporal de las vacas. Eso se traduce en beneficios reproductivos, ya que los celos en el galpón son de fácil observación; las vacas están con menos estrés, por lo tanto, se ven más celos.
¿Qué ventajas ven respecto al sistema tradicional? ¿Y desventajas?
Como te comenté anteriormente, este sistema les brinda a las vacas más confort, las hace más eficientes, sobre todo en épocas como el verano, porque van a estar en un ambiente mucho más agradable que las que están en un sistema tradicional. Todo esto, sumado a una buena alimentación, se va a traducir en la mayor eficiencia de producción, sin dudas. Pienso que el sistema tradicional soporta alguna ineficiencia en el manejo de la rutina, que este tipo de intensificación capaz que no, porque el sistema de cama caliente es muy exigente en cuanto a la perfección de la rutina. A contrapartida de esto, te digo que hemos tenido una muy buena adaptación del personal a esta nueva manera de trabajar.
¿Tienen previsto encerrar más vacas?
Sí, tenemos pensado hacer otro galpón de las mismas dimensiones del que ya tenemos, con una capacidad para 250 vacas. Estamos esperando el mejor momento para poder llevar a cabo ese proyecto. Ahí sí estaríamos pasando a tener la mayor cantidad de vacas encerradas bajo el sistema intensivo de cama caliente. De todas formas, la idea es que parte de nuestro rodeo permanezca bajo el sistema pastoril tradicional. Vamos a intentar gestionar un sistema mixto que nos permita cierta flexibilidad en el manejo del rodeo.
¿Qué perspectivas tienen para esta primavera?
Esperamos poder hacer buenas reservas y así prepararnos para afrontar las demandas de las vacas en cuanto a su alimentación. Además, habrá que ingeniarse mucho para bajar los costos y tratar de afrontar y soportar esta situación difícil que está planteada hoy por la caída del precio de la leche que tuvo el productor. Esperemos que esto se revierta rápidamente, que haya una recuperación de los valores a nivel internacional y que esto se traduzca rápidamente en aumentos del precio de la leche para el productor independientemente del sistema que se utilice.