Este lunes se realizó en la Asociación Agropecuaria de Salto la charla “Las circunstancias que permitieron o limitaron los cambios en los resultados de las empresas ganaderas”, llevada adelante por el Ing. Agr. Italo Malaquín del Instituto Plan Agropecuario (IPA), donde se presentaron resultados de casos en distintos puntos del país, principalmente de la zona norte.
El técnico analizó el comportamiento de las empresas ganaderas tras los eventos del efecto climático de “La Niña” y de “El Niño”, donde la variabilidad en el volumen registrado de precipitaciones determinó cambios tanto del punto de vista productivo, como también económico en las distintas empresas analizadas.
Malaquín señaló que la presentación “es una continuidad del trabajo que se denominó, el año pasado, “Efecto dominó”, donde hubo un conjunto de variables que perjudicaron muy gravemente” a las distintas empresas ganaderas. En este caso con el contraste del exceso de precipitaciones.
A modo de ejemplo, el profesional indicó que “para el litoral norte y el noreste del país, el contraste de las lluvias es de más de 900 milímetros entre un ejercicio 23-24 contra 22-23”. En un caso puntual, Malaquín indicó que en Tacuarembó entre julio del año pasado a junio de este año se registraron 2.300 milímetros, mientras que, en el marco del déficit hídrico, del año de “La Niña”, no se registraron 800 milímetros en igual período.
Estos registros de precipitaciones determinaron que los sistemas ganaderos trabajaran este año “con más producción de pasto y más pasto disponible”. Claramente este nivel de disponibilidad de pasto, “permitió reducir todos los costos extraordinarios en dólares y a su vez permitió mejorar la producción de carne y llegar a la productividad normal que la empresa la había perdido como consecuencia del déficit hídrico”.
El técnico del Plan Agropecuario remarcó que el mensaje que ha dejado este período y el cambio tan importante entre un año y otro, hay sido el volumen de pasto, lo que ha determinado que “en los sistemas ganaderos y con muchísimo menos gasto extraordinario en suplemento, diría que la gente redujo más de un 70% sus costos de suplementación”.
Por lo tanto, Malaquín remarcó que “la ganadería tiene que seguir trabajando con pasto porque lo que demuestra este ejercicio. Por la abundancia que se produjo de pasto, permitió reducir muy fuertemente los costos y lograr costos muy por debajo de la unidad. Moraleja, sigamos trabajando con pasto”.
Si bien, la producción de pasto fue un factor positivo para las empresas ganaderas en este ejercicio, la reducción en los precios de los ganados fue el indicador negativo. “Si bien hay una película ahora en mayo-junio, donde los precios hoy están muy buenos, si miramos los precios de promedio 23-24 y 22-23, en vacunos se han reducido un 17%, mientras que en lanares más de un 20%”, señaló el técnico del Plan Agropecuario.
Malaquín dijo que “a pesar de que recuperaron la productividad con menos costos de producción y menos costo del kilo producido, muchas empresas vendieron en una U de precios” y entre una punta y otra existe una gran variabilidad en los valores, lo que “hace que se amplifique la variabilidad de los resultados a encontrarse” en la zona norte del país.