Incluso para una semana corta como la próxima (el lunes 25 de agosto es feriado no laborable), los frigoríficos están encontrando dificultades para hacerse de hacienda, con entradas a no más de una semana y con precios que mantienen la senda alcista.
En un contexto de oferta que ya era reducida, el clima de las últimas horas, con lluvias que garantizan buenos niveles de humedad en los suelos a la entrada de la primavera y que complican el movimiento de animales en los verdeos, la reduce aún más.
Los precios de los novillos gordos van de una base de US$ 5,10 a un techo de US$ 5,20 por kilo carcasa. Son 10 centavos más que el rango que había en el mercado un par de semanas atrás, cuando parte de la demanda seguía concentrada en la producción de carne para la cuota europea 481, de animales terminados en corrales de engorde. En el caso de las vacas, la brecha es de US$ 4,80 a US$ 4,95, este último valor para animales pesados, con carcasas de más de 240 kilos. Las vaquillonas se pagan entre US$ 5,00 y US$ 5,10.
Con la cuota 481 ya detrás, la demanda intenta completar faenas, pero la posibilidad de comprar animales terminados a pasto es mínima. A la ya reducida disponibilidad de animales en edad de faena —algo ya previsto para este año— se suma lo que se anticipó en ventas los meses previos y el hecho de que cuando los precios tienden al alza, los productores suelen demorar su decisión de venta, a la espera de conseguir algunos centavos adicionales días posteriores.
La expectativa es que el mercado se mantenga firme, seguramente con una reducción del nivel de actividad industrial debido a la muy reducida disponibilidad de animales terminados en pasturas. Cada vez más, la faena se concentra en animales terminados a grano, en especial durante el invierno.